Pantalón, botas, bigote y saco en mano. Vicente Guzmán es uno de los voluntarios que se prepara para vestirse de Santa Claus y salir en una caravana a repartir juguetes, ropa, sonrisas y alimentos a cientos de niños en Venezuela.
El hombre mágico de la Navidad, al que todos los niños le piden juguetes, ha convertido parte de sus obsequios en alimentos para regalárselos a quienes más lo necesitan en un paÃs donde, según estimaciones de ONG; la pobreza alcanza el 80 % y 40 % de la población sufre de malnutrición.
Acompañado de casi 50 duendes, algunos, a su vez, payasos de la ONG Doctor Yaso, el denominado «Santa en las calles» saluda a quienes se encuentra. Este personaje viajó a las comunidades pobres de Araira, Vista Hermosa, La Bloquera y El Calao, ubicadas en las ciudades satélites de Caracas, Guarenas y Guatire.
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La intención de Santa es hacer que la generosidad sea el «mejor regalo de Navidad» en Venezuela. Sobre todo en momentos en los que el paÃs se ha visto afectado por la pandemia del coronavirus.
Pero más allá de ello, para Santa la misión es clara: regalar sonrisas y repartir los donativos (ropa, zapatos, juguetes usados y nuevos y alimentos) a niños.
En la primera jornada, busca beneficiar a cerca de 2.000 niños desfavorecidos por la falta de recursos de sus padres, desempleados o con un salario pÃrrico que llega a poco más de un dólar.
Al llegar a las comunidades, Santa es recibido con abrazos, risas y muchas peticiones. Los niños sueñan con tener bicicletas, patines, radios, teléfonos, muñecas; o al menos eso es lo que le manifiestan los pequeños de la Casa Hogar La Milagrosa en la comunidad de Araira.
«Son niños que nunca han tenido un juguete (…) ve, por ejemplo, la expresión de muchos niños, la alegrÃa, porque para ellos la Navidad aquà es algo especial», dijo a Efe la hermana MarÃa Olga Rueda, quien dirige la casa sobre la satisfacción de los niños al ver a Santa.
La monja, de 73 años, relata cómo ha inculcado a los niños el significado de la Navidad, del compartir y cómo trabaja, junto a otras tres mujeres, para que los chicos puedan tener una cena, regalos y un momento especial durante la Nochebuena.
«Gracias a Dios tengo la agenda bien cumplida, tengo sus regalitos que mandó gente, amigos que tengo en Estados Unidos que me han mandado, como de aquà Caracas, Guatire«, agrega tras recordar que el mantenimiento de la casa se debe a apoyos privados y de la Gobernación del estado Miranda (centro)