Con los carros dispuestos en el estacionamiento de la Universidad Metropolitana, este viernes 3 de julio se llevó a cabo la primera función del autocine en Venezuela.
Lo que estaba previsto como «el regreso triunfal» de esta modalidad de ver películas en medio de la pandemia por el coronavirus, terminó empañado por desorganización, fallas técnicas e incluso intervención policial.
El comunicador social y crítico de cine, Sergio Tulio Monsalve, calificó el primer día del autocine en Venezuela como un «despropósito anunciado»; pues señala, no existían las condiciones para realizar la función.
El regreso del autocine coincidió con el repunte de casos de coronavirus en Venezuela. En tan solo 4 días, el país reportó más de mil casos. Durante los primeros dos meses eran poco menos de 400. Esto, según Monsalve, era una «razón suficiente» para suspender las proyecciones.
Otro punto importante sobre el «fracaso» de este lanzamiento fue la cuarentena «radical» impuesta por el Gobierno en al menos 10 estados del país, entre los que se encuentran Caracas y Miranda. Por las restricciones de movilización, y quizá por miedo genuino a contraer el virus, de los 120 puestos dispuestos, solo 60 llegaron al lugar.
La «situación país» no era la única que impedía el normal desarrollo de la función. De acuerdo con el crítico de cine, los usuarios se quejaron del tamaño de la pantalla, sistemas de pagos, el sonido, y el precio. Este último punto desató una ola de críticas en la población, ya que el costo de este autocine era de 35$ para grupos de 5 personas.
La polémica por el precio de las entradas fue tan grande, que el fiscal designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, anunció que abrieron una investigación por «las presuntas irregularidades en cobros excesivos».
A pesar de todas estas circunstancias, la empresa decidió aplicar una de las máximas del mundo del entretenimiento «el show debe continuar», y siguió adelante con sus funciones; pero por más que tenían buenas intenciones, la decisión no fue la correcta.
La segunda proyección ni siquiera pudo comenzar por problemas técnicos y por la intervención de la policía,que aseguraba que el evento no contaba con los permisos de la alcaldía ni la gobernación del estado Miranda.
Leonardo Patarca, uno de los usuarios que estaba presente en el lugar, relató su experiencia a través de twitter. Según Patarca, la policía retuvo los documentos y dejó detenidas a todas las personas durante 30 minutos. «No paraban de interrogarnos sobre los precios del evento y sobre cómo nos enteramos», dijo. Finalmente, los funcionarios dejaron ir a los espectadores «sin explicación alguna».
Hasta ahora la empresa encargada de realizar el evento no se ha pronunciado, por lo que la continuidad del autocine en Venezuela está más que en duda.
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