Güiria es una ciudad enclavada en el oriente del país, en el estado Sucre. Siendo una comunidad que vive de la pesca, es una de las regiones más empobrecidas de Venezuela. Con apenas 40 mil habitantes, donde hay un porcentaje de pobladores que ya ha migrado, la tragedia ha enlutado a varias familias de la zona este mes de diciembre desde que se conociera del naufragio de un peñero. ¿Qué pasó con los náufragos de Güiria?
Hasta la fecha hay 23 fallecidos, de estos, sólo 21 cadáveres han sido identificados, mientras que otra embarcación sigue desaparecida desde el pasado 6 de diciembre cuando zarpó rumbo a Trinidad y Tobago.
Al presbítero Jesús Villarroel, Director de Cáritas Carúpano le ha tocado identificar a algunos cuerpos y acompañar a los familiares. En entrevista exclusiva para En Conexión, el presbítero nos da algunos detalles sobre esta tragedia que pasó cercana al pueblo de Güiria.
“Esto inició el 6 de diciembre cuando los familiares al no saber de la vida de sus seres queridos empezaron a indagar. Corrió la información de que estaban detenidos en Trinidad y Tobago, cosa que es falsa”, asegura el párroco.
El presbítero Jesús Villarroel tiene apenas 32 años. Ya tiene tres años trabajando como director de Cáritas Carúpano. Explicó el párroco que el sábado 11 comenzaron a aparecer los primeros cadáveres. Estos fueron trasladados a Cumaná donde les realizaron la autopsia. Ya para el domingo 13, señaló que los cuerpos se quedaron en el pueblo pues un equipo se instaló en Güiria para el levantamiento de los cadáveres.
Lo primero que aclara el padre Villarroel es que se trata de migrantes güireños.
Una de las fallecidas es Gabriela Subero, una joven de 33 años que deja a tres hijos: Un joven de 14 años y unas gemelas de 7 años. Viajaba a Trinidad y Tobago a reunirse con su esposo, quien tiene ya dos meses en la isla. Fue el primer cuerpo en identificarse y el primero en recibir cristiana sepultura en el Cementerio General de Güiria. Era hermana de una trabajadora de Cáritas.
Comenta el padre Villarroel que los otros cuerpos de los náufragos fueron trasladados al Cementerio de las Salinas donde ya se han dispuesto fosas para sepultarlos. El párroco desmintió también que se trata de una fosa común.
Al hablar de los familiares y la desesperación al ir recibiendo a los fallecidos el padre Villarroel resalta la dimensión de la tragedia que enluta el pueblo. “Eran vecinos, eran primos, en Güiria son familias numerosas que tienen vínculos”, por lo que hablar de tantos fallecidos hoy en es hablar de un dolor que afecta toda la población.
Explicó el párroco que este jueves 17 de diciembre Cáritas llevará a Güiria un equipo de psicólogos para asesorar a las familias afectadas, con el apoyo de la hacienda Franceschi y la hacienda San José.
“Nuestros niños mueren de hambre”
“El estado Sucre es uno de los más pobres de Venezuela”, afirma el padre Villarroel.
El párroco tiene ya tres años trabajando el tema de nutrición en la población asesorados por Cáritas de Venezuela. “No te imaginas la cantidad de niños que hemos salvado, al borde de la muerte. Nuestros niños mueren de hambre, nuestros niños no son alimentados, por eso los padres desesperados buscan como huir a Trinidad y Tobago y encontramos niños muertos, porque hay niños que están viajando con su madre», lamentó.
Si bien advierte que el intercambio entre Trinidad y Tobago y Venezuela ha sido histórico, la migración de venezolanos se ha agravado con la crisis por lo que, alerta, “ha crecido el peligro”.
“Esto tiene que ser una respuesta para que veamos el riesgo de esta migración. Si la decisión es migrar que sea una migración segura, no de buenas a primeras con todos estos riesgos y se vuelva a repetir lo que pasó con los náufragos de Güiria», enfatizó.
En tal sentido, recordó que este no es el primer caso de náufragos en la zona. Relató que “hace más de un año encontramos dos naufragios seguidos”. Esto se sospecha, según señala el párroco, que estarían vinculados a red de trata de blancas. Advirtió además que en la zona hay mucha violencia, que se ha generalizado por todo el tema de la trata. Se habla de alrededor de 100 vidas perdidas tratando de realizar el peligroso cruce.
“Padre, yo pude morir en ese naufragio, porque yo iba a Trinidad y Tobago y yo por mis hijos hago lo que sea. Tengo 6 hijos, tengo 27 años, y por mi hijo hago lo que sea. Ya al decirme eso me da a entender a qué va”.
El padre Villarroel suscribió el más reciente comunicado de la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana en donde se denuncia la indiferencia del gobierno nacional y también la rigidez del gobierno trinitario.
“Es impresionante el trato, la xenofobia que se vive en Trinidad y Tobago, el rechazo, el desprecio hacia un venezolano y como esta gente enfrenta esta situación dramática por alimentar a su hijos (…). Tenemos un montón de violaciones a los Derechos Humanos en esta zona”, aseguró.
Para el Presbítero Jesús Villarroel, Director de Caritas Carúpano “acompañar el sufrimiento de esta gente, acompañar el dolor de los migrantes, recibir a los que vuelven, nos hacen ver que ser el consuelo de mucha gente es la obra de la evangelización”.
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