Los cambios en la presidencia de Estados Unidos siempre generan incertidumbre y expectativas en todo el mundo. Especialmente en Latinoamérica, para bien o para mal, los mandatarios estadounidenses tienen una gran influencia y el caso de Joe Biden no será la excepción.
Durante su campaña, Biden prometió avanzar con la región en la solución de viejos problemas como son la migración ilegal y el narcotráfico.
Relación con Centroamérica
Con la llegada de Biden al poder en Estados Unidos, el Gobierno de México, con el que históricamente ha existido una relación de amigos y rivales con la migración como punto de quiebre; auguró que el vínculo estará marcado por el «respeto mutuo» y la «esperanza».
En ese sentido, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, manifestó que coincide con los «planteamientos principales» de Biden sobre la migración; la reactivación económica y el combate a la pandemia.
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López Obrador defendió que «se deben regularizar» a los millones de mexicanos que viven en Estados Unidos; y dijo estar seguro de que Biden «va a reafirmarse» en esta postura.
Por su parte, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, reafirmó su intención de seguir luchando «por la paz y prosperidad de la región».
El Gobierno de El Salvador, dirigido por Nayib Bukele, aseguró que mantiene «plena voluntad» para unir fuerzas con Estados Unidos; así como su «compromiso para impulsar esfuerzos articulados en áreas de interés común y en beneficio mutuo».
Relación con Suramérica
La región sur del continente espera que con Biden la economía regional, fuertemente golpeada por la pandemia del coronavirus, consiga cierto apoyo desde Washington.
De este modo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, un férreo defensor de las políticas del saliente Donald Trump, apostó por la «prosperidad» de ambos países y por la defensa de la Amazonía.
Igualmente, Argentina consideró urgente que Biden «respete a los organismos multilaterales» y que en su Gobierno «no se apueste a la desunión de nuestras naciones como en la etapa anterior» de Donald Trump.
A su vez, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, indicó que Biden deberá «sanar el alma» de Estados Unidos y «fortalecer la amistad cívica».
El problema: Venezuela
La relación entre Latinoamérica con la presidencia de Joe Biden está marcada también por el tema político, actualmente con especial fuerza en Venezuela. De hecho, el presidente encargado Juan Guaidó afirmó que trabajará «en alianza» con Biden para «lograr la libertad de Venezuela».
Aunque algunos especularon con que la nueva administración «relajaría» las sanciones contra el régimen y buscaría negociar con Nicolás Maduro, las primeras afirmaciones del equipo de Biden apuntan en otra dirección.
El nominado para secretario de Estado, Antony Blinken, calificó a Maduro como «brutal dictador» y aseguró es necesario pensar en una «política efectiva para conseguir que en Venezuela se realicen elecciones libres.