Militares ecuatoriano aseguraron este jueves que el desplazamiento de migrantes desde Colombia por los pasos ilegales se ha reducido debido a las operaciones de vigilancia que llevan a cabo los ejércitos de ambos paÃses.
«Estamos ahà controlando, por eso es que se ha reducido el flujo migratorio»; aseguró a Efe el coronel Paulo Merino, comandante de la brigada 31 Andes; durante una patrulla conjunta con pares colombianos en uno de los pasos fronterizos alrededor de la ciudad de Tulcán.
Agregó que aún «hay gente que se arriesga y pasa por situaciones o pasos, posiblemente atentando contra la seguridad de ellos mismos»; como el caso de ahogamiento el fin de semana de un «extranjero», como suelen denominar a los migrantes venezolanos.
Patrullaje conjunto
Merino visitó este jueves la zona fronteriza a la altura del sector Cuatro Esquinas y El Brinco; donde los ejércitos de los dos paÃses establecieron un retén.
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Ello después de la visita el miércoles a la frontera sur del ministro de Defensa, Oswaldo JarrÃn, y en paralelo a la operación contra la migración venezolana que lleva a cabo el Ejército de Perú; que ha puesto mucha tensión entre los migrantes.
El ministro anunció este jueves que su paÃs reforzará los destacamentos militares e incorporará una veintena de vehÃculos tácticos Hammer para ampliar la movilidad de sus patrullas en la frontera con Perú; con el fin de vigilar la entrada de migrantes a pasos irregulares.
Perú desplegó el martes a lo largo de la ribera izquierda del rÃo Zarumilla, que marca la frontera entre ambos paÃses, más de 50 vehÃculos entre tanques; otros tipos de blindados y patrulleros, y más de 1.200 uniformados.
La mayorÃa de los migrantes que pasan por esa frontera sur de Ecuador; entran antes a Ecuador desde Colombia, también por pasos ilegales o trochas.
Por ello efectivos militares de Ecuador y Colombia realizan de manera conjunta acciones de control de migrantes alegando medidas de prevención contra el ingreso de armas y explosivos de contrabando.
«Estamos haciendo control militar de área», dijo un militar colombiano que no reveló su identidad por no estar autorizado a hablar, y que aclaró que el paso está estrictamente prohibido. Al menos cuando ellos están ahÃ.
36 «trochas» conocidas
Efe constató este jueves el trabajo de una de esas patrullas conjuntas militares de la Brigada 31 Andes ecuatoriana y del Grupo Mecanizado José MarÃa Cabal de Ipiales, Colombia, en los pasos de migrantes ilegales.
«Nuestra presencia es permanente en todos los lugares de cuatro a seis horas, para evitar el paso de personas extranjeras que a lo mejor están transportando armamento, municiones, explosivos»; afirmó el coronel Merino.
Las intervenciones, sorpresivas, se realizarán de manera regular en más de 36 pasos ilegales conocidos; muchas veces operados por coyoteros para la migración y el contrabando.
Forman parte del llamado Plan Espejo, ejecutado desde hace ya tiempo por los Ejércitos de ambos paÃses, y en el que participan además Ministerios de Interior y Aduanas.
Reclamo de los migrantes
La operación conjunta tuvo como inusuales observadores a decenas de migrantes venezolanos que esperaban pacientes en las colinas circundantes, e incluso junto a los mismos soldados sobre las riberas del rÃo Carchi, la frontera común.
Su objetivo declarado: esperar a que se fueran para proseguir camino a Ecuador y, después, a Perú.
«Vamos con la fe de que vamos a pasar (a Perú). Vamos a trabajar para ayudar a nuestra familia»: declaró Jesús Mendoza, un migrante que hoy esperaba que los soldados se marcharan para seguir adelante.
Si bien reconoció que se sienten a la «deriva» porque con la situación en la frontera entre Ecuador y Perú no saben si van a poder cruzar.
Otro migrante denunció a Efe maltratos por autoridades policiales en el lado colombiano.
«¡Mira lo que estamos pasando. Hemos vivido ronchas! ¡Ya basta, ya basta! ¿Hasta cuándo vamos a seguir en esto? Llevamos dÃas sin comer y no nos están preguntando»; se quejó José Mantilla del control militar.
Y denunció que en el camino policÃas colombianos le «agarraron, le dieron una pela (golpes)»; y le quitaron «un teléfono» móvil que llevaba consigo y «250.000 pesos» (unos 70 dólares).
En Conexión/ Con información de EFE
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