España vivió ayer una nueva jornada de protestas contra las restricciones impuestas para frenar al coronavirus. Las manifestaciones se tornaron en disturbios y enfrentamientos violentos contra las fuerzas de seguridad en Madrid, Logroño, Málaga, las tres capitales vascas y Santander.
Carreras, lanzamiento de objetos y quema de contenedores han sido el denominador común las revueltas. En la mayoría de los casos, estas manifestaciones fueron convocadas desde las redes sociales para rechazar el toque de queda y los confinamientos selectivos.
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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que es «intolerable» la conducta de grupos «minoritarios»; y, además, aseguró que la violencia «no es el camino».
Solo desde la responsabilidad, la unidad y el sacrificio lograremos vencer a la pandemia que asola a todos los países. La conducta violenta e irracional de grupos minoritarios es intolerable. No es el camino.
Gracias, una vez más, a las FCS por garantizar la seguridad.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 31, 2020
«Solo desde la responsabilidad, la unidad y el sacrificio lograremos vencer a la pandemia que asola a todos los países», concluyó Sánchez.
Madrid, centro de las protestas
En España, las protestas más violentas se vivieron en la ciudad capital. En Madrid, los enfrentamientos dejaron doce heridos, tres de ellos policías, y 32 detenciones.
Desalojados de la Puerta del Sol, donde se había convocado una manifestación bajo el lema ‘Salimos a la calle, el pueblo está cansado’; el centenar de asistentes se trasladó a Ópera.
Tras esta concentración, varias decenas de personas fueron a Plaza de España, donde instalaron barricadas y quemaron contenedores para cortar la Gran Vía.
Estos individuos lanzaron objetos a los agentes, piedras contra escaparates de algunos comercios y destruyeron mobiliario de la principal arteria madrileña.
También arrojaron piedras y quemaron contenedores los manifestantes de Logroño. Al igual que en Barcelona, los manifestantes saquearon comercios; por lo que la Policía Nacional tuvo que usar material antidisturbios para frenar las revueltas.
Asimismo, se vio a las fuerzas de seguridad lanzando gas lacrimógeno para disolver las concentraciones en la vía pública.
En Conexión / EFE