Foto: EFE
En su primer día al frente de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden presentó una ambiciosa reforma migratoria con la que pretende abrir la puerta para que millones de indocumentados reciban la ciudadanía estadounidense.
Este plan representa un cambio radical a las políticas migratorias que había sostenido Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump en los últimos cuatro años. De ser aprobado, el proyecto supondría la mayor reforma migratoria desde el Gobierno del republicano Ronald Reagan; que legalizó a 3 millones de indocumentados en 1986.
Este mismo jueves el Congreso recibirá el proyecto que deberá recibir al visto bueno de ambas cámaras legislativas. Cabe destacar que tanto el Senado como la Cámara de Representantes cuentan con mayoría demócrata.
El proyecto denominado como U.S. Citizenship Act (Ley de Ciudadanía Estadounidense), pretende administrar y proteger de «manera responsable» la frontera mantener a «familias y comunidades seguras; y administrar mejor la migración en todo el hemisferio», dijo el equipo de Biden en un comunicado.
Sí. La reforma migratoria que presentó Biden en su primer día de gobierno abre la puerta para que los indocumentados en Estados Unidos finalmente obtengan la ciudadanía.
Los inmigrantes podrán conseguir un estatus legal temporal que les dará la opción de alcanzar 5 años después el permiso de residencia («green card» o tarjeta verde); si cumplen una serie de requisitos como carecer de antecedentes penales y pagar sus impuestos.
El proyecto de ley establece que esta medida afectaría a los inmigrantes que estén «físicamente presentes en Estados Unidos el 1 de enero de 2021 o antes».
Los menores que llegaron al país siendo niños de la mano de sus padres, también indocumentados y conocidos como «soñadores»; así como los amparados por el Estatus de Protección Temporal (TPS), y los trabajadores agrícolas inmigrantes también podrán obtener a una residencia legal.
El equipo del presidente Biden señaló en una nota que estos grupos podrán aspirar de «inmediato» por la residencia; y 3 años más tarde a la ciudadanía.
Para intentar lograr el necesario apoyo republicano en el Senado, la reforma migratoria de Biden incluye nuevos recursos en la frontera.
El presidente decidió dejar de lado la construcción del muro en la frontera con México -la promesa electoral cumplida a medias por Trump-; y apostar por la «tecnología» para acelerar la detección del cruce ilegal de mercancías y estupefacientes.
La nueva propuesta pretende de igual forma destinar fondos para mejorar el «profesionalismo» de los agentes fronterizos. Asimismo plantea crear un comité para investigar posibles «malas conductas», y busca mejorar la atención de individuos, familias y menores bajo la custodia de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Este proyecto necesita de 60 votos en el Senado para ser aprobado. Actualmente los demócratas cuentan con 50 de los 100 legisladores que están presentes en la Cámara Alta.
Bajo la presidencia de Barack Obama, los demócratas también intentaron aprobar una reforma migratoria pero no tuvieron éxito. En esa oportunidad, el plan era mucho menos ambicioso, por lo que se prevé que este nuevo proyecto de Biden enfrente muchos obstáculos de ahora en adelante.
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