Esa es la pregunta que nos estamos haciendo todos los venezolanos aficionados del béisbol. Todos los que crecimos viendo a Omar Vizquel y quedamos deslumbrados con sus jugadas en el campo corto. Estas lÃneas están llenas de emociones porque quien las escribe es un fanático confeso de Vizquel y de los Indios de Cleveland. Quizás, en estas letras esté dejando el último vestigio de fanático del béisbol, aquel que se ha incrustado muy adentro y que ha resistido al periodismo y a la sobria objetividad.
Sin embargo, si el respetado Juan Vené habla del tema desde sus vÃsceras, no pueden culpar a este joven periodista de ponerle un poco de pasión a sus palabras. Solo que esta columna será al contrario. En vez de criticar al segundo pelotero venezolano que podrÃa llegar a Cooperstown, pondré la balanza del otro lado. Mi intención no es responderle a Don Juan, porque no haré periodismo sobre periodistas, pero sà se pueden contrastar algunas opiniones.
Estamos hablando de un pelotero que se mantuvo en las Grandes Ligas durante 24 temporadas al máximo nivel. Ostenta el mejor promedio ofensivo de la Historia de las Grandes Ligas con .985.Tiene más doble plays con 1.797 y es el jugador con más juegos disputados en el campo corto. Y, claro está, su carta de presentación son los 11 guantes de oro. El único que supera esa cifra es la leyenda de los Cardenales de San Luis, Ozzie Smith con 13, quien ya está dentro del templo de los inmortales.
Ver más: Se va otro crack: Fallece Paolo Rossi a la edad de 64 años
Las objeciones de que Vizquel pueda entrar en Cooperstown provienen de su rendimiento ofensivo. No tapemos el sol con un dedo, Omar nunca fue un bateador temible, ni un jonronero, pero sà fue un jugador útil en la caja de bateo. Si habÃa que tocar la pelota, lo hacÃa; era selectivo y podÃa desgastar a los lanzadores; y tenÃa un contacto aceptable. Vizquel siempre fue el teórico segundo bate: su función era adelantar al primer bateador que se embasaba. No obstante, ese béisbol tradicional fue quedando atrás y se comenzó una moda de los campos cortos de fuerza.
Podemos comparar los números de Vizquel con los de Ozzie Smith, considerado la leyenda del campo corto. El venezolano jugó 24 temporadas en las Grandes Ligas y dejó un promedio ofensivo de por vida de .272, 80 cuadrangulares, 951 impulsadas y .688 de OPS. Smith dejó un promedio de bateo de .262, 28 vuelacercas, 793 impulsadas y .666 OPS. Si se promedian las cifras de ambos jugadores entre 162 juegos, son prácticamente equivalentes.
Si analizamos a más profundidad, los caminos de Vizquel y Smith se separan por el tiempo. El caraqueño estuvo 18% por debajo del bateador promedio de su época. Solo tuvo dos campañas en la que ostentó un average por encima del promedio, mientras que Smith estuvo más allá del promedio ofensivo en cuatro temporadas.
Sin embargo, entre los 135 miembros del Salón de la Fama con al menos 4,000 visitas al plato, el OPS+ de Vizquel lo colocarÃa empatado en el último lugar con el también venezolano Luis Aparicio y Rabbit Maranville. Los números de Omar solo se comparan con peloteros que ya están inmortalizados.
Tomando en cuenta estas estadÃsticas, Vizquel no deberÃa estar tan lejos de Cooperstown. No obstante, cada cronista que participa en la votación del Salón de la Fama tiene sus cuentas, sus criterios y sus opiniones, que van desde las más analÃticas hasta las meramente emocionales.
Ver más: Caribes y Cardenales responden al favoritismo de la LVBP
Decir que no puede entrar al Salón de la Fama porque carece de liderazgo o porque no ganó una Serie Mundial, es superficial ¿Qué significa ser lÃder en un equipo de béisbol? Si ese fuera el criterio, Mariano Rivera, quien era un cerrador y solo lanzaba en el último capÃtulo de los juegos, no debió ingresar al templo inmortal. Por cierto, fue el primero elegido de forma unánime.
Igualmente, si ganar una Serie Mundial es requisito indispensable, ¿cuántos peloteros no quedarÃan fuera?
Por lo pronto, en la votación actual, con 33 boletas públicas, Vizquel acumula 54,5% y necesita como mÃnimo el 75% de los votos. El camino a Cooperstown no es fácil, pero el número 13 de los Indios sigue avanzando. Veremos qué pasa.