Violación y complicidad, una sociedad enferma

FA/CMR

En Marzo de este año, Darnella la adolescente que filmó el video de la muerte de George Floyd a manos de la policía el 25 de mayo de 2020 rindió un desgarrador testimonio ante la corte,  decía:»me la paso pidiéndole disculpas» (a Floyd) por «no haber hecho más»

Hablamos de una adolescente como testigo de un hecho protagonizado por policías. El temor podía ser evidente, después de todo, parecía un operativo policial, y sin embargo, tenía la noción de que ella podía haber hecho algo.

Pero lo que ocurrió ayer en Pennsylvania, en un tren de la línea Market-Frankford, no puede disculparse. No hay palabras que puedan describir la indignación y vergüenza que  sentimos al conocer la historia de la violación de una mujer frente a testigos convertidos en cómplices voyeuristas. Es la mayor falta de empatía y de humanidad

A las 11 de la noche de ayer, fue agredida  sexualmente una mujer durante 40 minutos y frente a varios testigos que no sólo no intervinieron para detener al agresor sino que sacaron sus celulares para grabar la escena.¿Cómo podía ser ésta la acción y no detener o denunciar lo que ocurría?

El superintendente de la policía de Upper Darby, donde ocurrió el hecho, Timothy Bernhardt dijo consternado: “Es perturbador. Estoy conmocionado, no tengo palabras para ello. Simplemente no puedo imaginarme ver lo que estaban viendo a través de sus propios ojos y ver lo que esta mujer estaba pasando, y que nadie interviniera y la ayudara. «

Además, hubo decenas de paradas del tren, durante 40 minutos, donde los usuarios pudieron ayudar a la víctima y no lo hicieron. Paradas de tren y nuevos pasajeros. ¿Por qué no reaccionaron a favor de la víctima? ¿cómo podía ser aceptable en ese colectivo la grabación indiferente de esta violación?

El jefe de policía de la Autoridad de Transportes del Sureste de Pensilvania, Thomas J. Nestell III, indicó en conferencia de prensa que se investiga quiénes eran los testigos que grabaron las agresiones del hombre a la mujer. “Puedo decirles que había gente alzando su celular en dirección donde la mujer  estaba siendo atacada”

Andrew Busch, un portavoz de SEPTA, (Autoridad de Transporte del Sureste de Pennsylvania)  señaló en un comunicado que la  “agresión fue observada por un empleado de SEPTA, quien llamó al 911, lo que le permitió a los agentes responder inmediatamente y detener al sospechoso en el acto” …“La violación que ocurrió en la línea Market-Frankford de SEPTA el miércoles por la noche (13 de octubre) fue un acto criminal horrendo. Había otras personas en el tren que presenciaron este horrible acto. Esto pudo haber sido detenido antes si un pasajero hubiera llamado al 911 .SEPTA insta a cualquier persona que observe un delito siendo cometido o cualquier situación peligrosa que se produzca a que lo denuncie. Cualquiera que sea testigo de una emergencia debe llamar inmediatamente al 911 ”.

Hasta ¿qué punto mediatizar a través de las redes sociales un acto lesivo hacia una mujer nos hace indiferentes? ¿Cuán ajenos somos unos de otros en solidaridad y comprensión para aceptar esta nueva agresión o violación? Porque no sólo fue violada por  Fiston Ngoy, de 35 años, el perpetrador, también lo fue por esta insólita audiencia silenciosa y cómplice. 

Imagine usted esa cabina de tren, esos cuarenta minutos, las paradas, la urgencia de ser liberada y finalmente sienta todo el peso de la indiferencia y la crueldad. No es digno de lo que nos define como humanidad lo ocurrido, sobre todo, porque carece absolutamente de compasión.