La situación en Venezuela se agudiza cada día. Los datos de la última encuesta de Encovi reflejan una grave crisis social y un país sumido en la pobreza extrema. A esto se le suma un escenario político nada alentador. Mientras el régimen de Nicolás Maduro avanza en establecer su proyecto autoritario, arremetiendo contra los partidos políticos opositores, diseñando una oposición a su medida y designando a los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Maduro estableció la ruta y la agenda política. El nuevo CNE designado por el Tribunal Supremo de Justicia subordinado al régimen anunció que las elecciones parlamentarias serán el próximo 6 de diciembre. Ante esto, la oposición quedó sin respuesta y se evidenció aún más las divisiones internas. Algunos apuestan por la continuidad administrativa de la actual Asamblea Nacional y en consecuencia del gobierno interino de Guaidó, otros apelan por participar, mientras que un sector sigue apostando por la intervención internacional como la solución del conflicto venezolano.
Frente a este debate, la última encuesta de Datanálisis indica que solo el 11% de los electores venezolanos votarían en las elecciones parlamentarias.
El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
«Es una situación terrible en casi todos los planos. Hay un empobrecimiento de la población y una situación de inestabilidad sanitaria debido al COVID-19. El país no tiene la estructura para atender la crisis sanitaria. Desde el punto de vista económico, es un país que tiene 6 años de recesión. Lo que queda del sector privado está luchando por la supervivencia. En la política hay 83% de los venezolanos que desean un cambio, pero ese deseo no necesariamente se convierte en acción o en soluciones. Desde el punto de vista objetivo, estamos prácticamente en el peor momento político de Venezuela en los últimos años. Las salidas políticas están cerradas. Los procesos electorales en Venezuela están sesgados y no generan confianza. La oposición se fractura y no tiene una estrategia común. Ya no son las divisiones clásicas entre moderados y radicales, hay una fractura entre el liderazgo de la oposición que está en el exilio y el que está dentro del país. También hay una división entre los que quieren participar en las elecciones y los que no, y finalmente los que participan en el gobierno interino de Guaidó y los que están por fuera», dijo León.
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Hay una división visible entre los sectores democráticos que buscan lograr el cambio político en Venezuela. El eje central de la oposición es el gobierno interino que preside Guaidó. No obstante, hay pequeños grupos que tienen su propia agenda política.
«Ahí está el problema central. Hay partidos pequeños y grupos que aparecen por ahí, pero incluso los partidos tradicionales que son los representantes más importantes de la institucionalidad de la oposición como Primero Justicia, Acción Democrática, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo, se han debilitado. La Asamblea Nacional también ha perdido fuerza por su incapacidad de generar resultados. Gran parte de los venezolanos percibieron que se podía lograr el cambio político con el nombramiento de Guaidó como presidente interino en febrero del año pasado. Sin embargo, con la incapacidad de generar resultados ahora se muestra débil. La propuesta del año pasado sigue completamente vacía. Se propuso el cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres, el hecho de que no ocurriera pulverizó la esperanza. Solo el 17% de los venezolanos creen que se puede lograr el cambio político. El 70% no tiene esperanza de cambio y sin esperanza no se van a movilizar a votar o a protestar», indicó el analista.
América Digital
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