Estas son las preguntas que deberemos contestar los venezolanos, aquellos que participen en la consulta popular del 12 de diciembre:
1) ¿Exige usted el cese de la usurpación de la Presidencia de parte de Nicolás Maduro y convoca la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables?
2) ¿Rechaza usted el evento del 6 de diciembre organizado por el régimen de Nicolás Maduro y solicita a la comunidad internacional su desconocimiento?
3) ¿Ordena usted adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad?
Aunque en efecto las respuestas propiamente no conducirán a acciones concretas, la acción de obtener una votación masiva que incluya a los venezolanos de la diáspora sí tiene un efecto político.
Escribe el Padre Ugalde en Analítica.com “vale la pena organizarse y responder dentro y fuera del país y que decenas de ciudades en el mundo sientan vibrar a los venezolanos por su libertad y democracia. Un buen porcentaje de ese inmenso pueblo doliente logrará vencer los obstáculos y responder a la consulta con un rotundo SÍ.
Por eso, que señala Ugalde, “es un triunfo, lograr la suficiente información, unidad y organización para responder a la Consulta y decir al mundo y a nosotros mismos lo que significa la farsa del 6D. Ya la Unión Europea, el Grupo de Lima y el Gobierno saliente y entrante de EE.UU. se han manifestado frente a la farsa”
Para muchos saber que lo que se decida no será vinculante pues quien gestiona el poder es el dictador Maduro, es suficiente razón para no hacerlo, sin embargo,el ejercicio de votar y unificar a todos los venezolanos dentro y fuera con una causa, pone a prueba un sistema, una convocatoria y podría dejar también una evidencia cuantitativa de lo que la mayoría de los venezolanos desea.
Hemos leído de campañas de estos candidatos a la nueva Asamblea Nacional de diseño madurista, que se piensa obtener tras las elecciones amañadas del régimen este próximo 6 de diciembre, subiendo las barriadas pobres ofreciéndoles desde artículos escolares, pasando por productos recibidos via ayuda humanitaria hasta las bolsas de alimentación Clap.
Se han hecho virales por las redes sociales las imágenes de los candidatos del chavismo de los estados Anzoátegui y Barinas recorriendo las zonas populares y repartiendo en carretillas y cestas, mortadelas y pollos a los ciudadanos. «Aquí está el gobierno de Nicolás Maduro, el gran protector del pueblo, dándole la cara con nuestros dirigentes, atendiendo en momentos de dificultad»
Bertucci inició el 3 de noviembre en Valencia entregando sardinas y sopa. Mientras que Leocenis García publicó en su Twitter el plan «Ayuda a las Mujeres», donde entrega bandejas con carne.
Vender la opción política con la estrategia del hambre es lo más bajo que puede caer cualquier político, no son soluciones lo que ofrecen, son migajas circunstanciales para obtener sus votos.Después, de nuevo la verdad abofeteando a los desprevenidos votantes.
Dos opciones enfrentan los venezolanos, una que luce poco concreta pero que busca aceitar un mecanismo y un proceso, otra que busca comprar la dignidad de los venezolanos como si pudiera venderse en cada caja clap o en cada sardina que esos sinvergüenzas, mercaderes de nuestra tragedia, reparten en tarantines y camiones.
La decisión debe ser suya, voluntaria y a conciencia.
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