Las solicitudes de atención psicológica se han incrementado considerablemente durante los últimos meses en Venezuela, según reporta un informe basado en estadísticas del Servicio de Atención Psicológica (SAP) de Cecodap, una organización dedicada a velar por los derechos de los niños, niñas y adolescentes en Venezuela.
Abel Sanabria, coordinador adjunto de Cecodap, manifestó especial preocupación ante el exponencial aumento de los casos de alteraciones del estado de ánimo en niños y adolescentes, una situación que tenía vinculación con el impacto de la emergencia humanitaria compleja y que se agravó tras el contexto de la pandemia de COVID-19.
El psicólogo explica que los casos de alteraciones del estado de ánimo aumentaron de 22% en 2019 a 39% en 2020.
Sanabria amplió la información en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Este es el informe más reciente que hemos publicado en Cecodap, que abarca los datos del año 2020 y el primer trimestre de 2021, en cuanto a la materia de salud mental a partir de la experiencia del servicio de tención psicológica”, indicó el experto.
Sanabria afirmó que la salud mental de los venezolanos está al borde del colapso. “Habría que tomar el principal hallazgo de nuestra publicación que revela, que 48% de la población que atendemos presenta alteraciones del estado de ánimo. Es decir, ansiedad y depresión. Esto ha avanzado a una velocidad tremenda”, añadió.
En comparación con el año 2019, las alteraciones del estado de ánimo representaban solo el 22% de las consultas, hoy en día son el 48% de los cuales el 26% presenta una tendencia suicida.
“Hay cada vez más personas afectadas por la ansiedad y la depresión. Cada día del confinamiento hay un deterioro pronunciado que lleva a muchas personas a ver el suicidio como una alternativa en medio de la crisis”, comentó el psicólogo.
Sanabria explicó que las características de la población con tendencia suicida son, en un 60%, niños y adolescentes de zonas populares. “Hemos atendido durante el año 2020 cerca de 3.500 personas y en 2021 1.500 más. Queremos señalar que a estas personas no se les acompaña ni se les ofrece alternativas. En un país donde no se acompaña a estas personas, no se les escucha y además hay un contexto donde se cierran las oportunidades, es lo que lleva a las personas a pensar en el suicidio en vez de tener un proyecto de vida”.
En cuanto a la solución de este problema, el especialista comentó que el estado debe intervenir.
“En Venezuela no hay una política pública de prevención del suicidio. También hacemos un llamado que implica a las organizaciones y agentes sociales que priorice la vacunación y los servicios de salud mental. Finalmente, hay que hacer otro llamado a las familias de estas personas, que deben comprender que las alteraciones de estado ánimo no es un tema de manipulación ni algo pasajero”, agregó.
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