Los gerentes de juicio político de la Cámara de Representantes que procesan al expresidente Donald Trump mostraron ayer imágenes desgarradoras en el segundo día de su juicio, yuxtaponiendo las declaraciones de Trump con las de los legisladores que fueron expulsados del Capitolio el 6 de enero.
Los comentarios de Trump, que según los demócratas llevaron al eventual asalto al Capitolio de Estados Unidos por una turba pro-Trump el 6 de enero, llevaron a la Cámara a aprobar un solo artículo de juicio político: «incitar a una insurrección». De esta manera, el expresidente Trump pasó de cumplir con sus funciones de “Comandante en Jefe” , juradas sobre la biblia como Presidente de preservar, proteger y defender la Constitución y los Estados Unidos para ser calificado por los demócratas como “Incitador en Jefe”.
Pero, ¿qué llevó a Trump a ser considerado “Incitador”? Pues sus propias palabras, recogidas en discursos, mítines pero sobre todo, en su incesante línea de tuits en Twitter.
Por la boca muere el pez, se dice en refranes populares españoles. Algo así parece estar ocurriendo. La voz de Trump en sus textos y mítines, es la base misma de lo que retrata el argumento de los demócratas.
Este jueves vimos varios videos y tuits del ex Presidente meses antes de que se iniciaran las votaciones clasificándolas de corruptas y amañadas, luego afirmando que si no resultaba ganador, esta sería la demostración del fraude. El día de las elecciones volvió a advertirlo, luego dijo que no se estaban contando los votos de sus electores, que se los habían robado, más tarde intentó que sus seguidores detuvieran el conteo de los votos en los centros electorales. Es decir, de lo que acusaba a los demócratas, terminó él mismo acusado. Pues quería impedir que se expresara la voluntad de los votantes que ya era evidente no le favorecerían. Todo este asunto fue cargando de leña combustible a sus partidarios a quienes había llamado a luchar y quienes ya habían demostrado su capacidad de ser violentos.
Se demostró que no hubo fraude generalizado en las elecciones, como lo confirmaron los funcionarios electorales de todo el país y el ex fiscal general William Barr y decenas de impugnaciones legales a las elecciones presentadas por Trump y sus aliados, fueron desestimadas por carencia de evidencia y argumentos insostenibles.
Como reseña AP: “La voz de Trump resonó en la Cámara del Senado cuando los demócratas transmitieron videos de sus manifestaciones y otros comentarios a sus partidarios. Intercaladas a lo largo había diapositivas de los tuits de Trump en los que se impugnaba la elección y promocionaba la manifestación del 6 de enero en Washington, que prometió sería «salvaje».
Sin embargo lo más contundente fueron los videos que contenían los tuits de Trump y su discurso el 6 de enero, compartidos en pantalla dividida con lo que estaba ocurriendo en el Capitolio en forma paralela e instantánea. También sus tuits y el video varias horas después mientras la turba continuaba el asedio al Capitolio.
No hubo por parte del Comandante en Jefe estadounidense condena en sus palabras ni una solicitud oportuna de que la turba cesara en sus acciones, tampoco fue él quien autorizó varias horas después que la Guardia Nacional entrara en acción. Ése era el momento para cumplir con su rol como Comandante en Jefe, bajo el cual ejerce el mando y control supremo sobre las fuerza armadas. ¿Por qué no lo hizo?
En un estremecedor segmento de video, vimos al oficial de policía del Capitolio, Eugene Goodman advirtiendo al senador Mitt Romney que se devuelva para evitar encontrarse con la turba enardecida que se aproxima. El senador corre como lo hicieron otros huyendo del peligro. Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad mostraron lo cerca que estuvo el vicepresidente Mike Pence y su familia de los manifestantes armados.
Mientras tanto hoy terminaron los alegatos de los senadores gerentes del caso, tras los cuales contará la defensa con 16 horas para ejercer su derecho y presentar su defensa, para luego realizar el proceso de votación.
El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, según informes internos, ha dicho a sus colegas republicanos que votar a favor de condenar al expresidente Donald Trump por «incitar a una insurrección»es una cuestión de conciencia, no de partido. Su palabra vaya adelante, senador
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