El pasado viernes en una pequeña localidad de Nueva York, en una asociación sin fines de lucro, el escritor británico de ascendencia india, y ahora ciudadano norteamericano, Salman Rushdie, fue víctima de un ataque a puñaladas. Recibió 12 puñaladas de un joven musulmán de 24 años, que recibió órdenes de una llamada fatua, dictada en el año 1989 por el ayatolá Ruhollah Khomeini.
Lo que ha trascendido, es que su estado actual es estable, pero delicado. No obstante, queda el significado del ataque tan feroz y salvaje contra un escritor.
Karina Sainz Borgo, escritora, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Como escritora y periodista siento un profundo vértigo, porque de alguna manera Rushdie siempre se le aprecia como lector. Leí sus libros hace muchos años y la escena en concreto por la que se dicta la fatua, es una sátira profunda al islamismo y al fanatismo. Cuando nos enteramos que había sido apuñalado, evidentemente nos sorprendió. Conversando con su editor español, me remite a dos personas que trabajaron muy cerca con Rushdie, que son Javier Cerca y Juan Gabriel Vásquez. Ambos decían que su humor era uno de los rasgos más significativos. Por eso, aludo al episodio de la sátira. Creo que cuando se cumplen cinco años del atentado en Barcelona, podemos darnos cuenta que el fanatismo no tolera el humor y la ironía”, dijo Sainz Borgo.
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Para la escritora, esto es un acto intolerante de un mundo fanático.
“Todo esto nos hace pensar en que una cosa es la ficción y otra cosa es la vida”, explicó.
El fanatismo repele el humor porque no lo puede aceptar. No acepta la ironía, la sutileza ni la figura del pensamiento, porque el fanatismo es salvaje e irracional.
“La primera novela que publica Rushdie es una versión de las Mil y Una Noche, y él decía que a un escritor se le debe ir la vida contando cada historia. No solamente porque su vida dependa para salvarse de su historia”, sentenció la periodista.
Finalmente, Sainz Borgo destacó que cuando se tiene una historia que puede mover cosas y sentimientos, y que desviste algunos tópicos, el autor se la está jugando.
“Cuando un fanático amenaza, amenaza para toda la vida”, puntualizó.