Hay vecindades que resultan verdaderamente incómodas. Me refiero a Rusia
Después de la invasión a Ucrania, los países vecinos a Rusia han sentido el militarismo y expansionismo ruso pisándoles los talones. Países como Finlandia y Suecia, neutrales, han roto con esa tradición y han solicitado pertenecer a la OTAN. Sin embargo, los 30 aliados de la OTAN aún no han alcanzado el consenso necesario.
Y ahora el temor se extiende a Moldavia, con Transnistria como objetivo.
Una serie de ataques en la región moldava de Transnistria han elevado la tensión en el este de Europa y alertan del riesgo de que el ataque ruso a Ucrania se extienda a otros países de la zona, como vaticinó recientemente un general ruso.
Rustam Minnekaev, subcomandante del Distrito Militar Central, dijo que uno de los objetivos de la segunda fase de la operación de Rusia es establecer el control total sobre Donbás y el sur de Ucrania, así como crear un corredor terrestre hacia Crimea. Minnekaev dijo que el control sobre el Donbás/sur de Ucrania permitiría a Rusia influir en las instalaciones militares vitales de Ucrania; los puertos de Ucrania (donde se exportan productos agrícolas y metalúrgicos); y Transnistria, donde dijo que la población de habla rusa se enfrenta a la opresión.
La opresión. El mismo guión de Ucrania.
En la última semana, una serie de atentados registrados en Transnistria llevaron a su presidente, Vadim Krasnoselski, a decretar la alerta terrorista máxima por dos semanas.
Como sostiene el profesor de derecho en la Universidad Pontificia de Comillas en españa, José Angel López Jiménez, en The Conversation, “Además de la importancia geoestratégica del proyecto, que enunció Minnekaev, que acabaría con las pretensiones de Ucrania y de Moldavia de de ingresar en la OTAN y la Unión Europea, también recrearía el imaginario imperialista ruso con el control del núcleo eslavo fundacional (Rusia, Ucrania y Bielorrusia) y reforzaría sus fronteras occidentales convirtiendo toda la franja territorial en una suerte de límite o barrera de seguridad”.
Por lo pronto, Rusia mantiene su posición amenazante frente a la potencial expansión de la OTAN.Hoy la presidenta de la Cámara Alta del Parlamento, Valentina Matviyenko, explicó que el ingreso de estos países a la Alianza afectará negativamente el estado político de Europa y no le sumará estabilidad.
La presidenta de la Cámara alta del Parlamento ruso argumentó que esta decisión “no es soberana” y que ha sido tomada “bajo la presión de Occidente”, principalmente de Estados Unidos y los países que integran la Alianza.
“Se está moviendo muy rápido. En un tema que es a la vez serio y significativo. Ni siquiera consideraron necesario hacer un referéndum para pedir la opinión de los ciudadanos de estos países. Me entristece que tal decisión de los Estados pueda conducir a una reducción en el volumen de nuestra interacción y cooperación”, y agregó que “habrá una oportunidad para retomar el diálogo” cuando finalice la “operación militar especial”
Matviyenko advirtió que la reacción militar de Rusia ante el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN será “proporcional” y “adecuada”. “En primer lugar, en términos militares, la reacción de Rusia será proporcional y adecuada a la presencia de la OTAN en los territorios de estos estados, dependiendo de qué tipo de armamento se desplegará”
De modo que Putin sigue adelante buscando alcanzar su sueño de una “Nueva Rusia” mientras sus vecinos lo ven con ojeriza, como el poblador más incómodo del vecindario.
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