Referendo por una nueva constitución en Chile

Este próximo domingo 25 de octubre, el pueblo chileno votará, por fin, si quiere o no iniciar el proceso para redactar una nueva Constitución que sustituya la de 1980.

Todo parece indicar, según encuestas recientes que, un 60% de los chilenos está a favor de un cambio constitucional,  por lo que se prevé una victoria del sí en el referéndum.

¿Por qué se produce esta necesidad?

Como lo escribe Ciara Nugent en la revista Time:“Después de que Pinochet tomó el control de Chile en 1973, derrocando al presidente socialista Salvador Allende en un golpe militar, el dictador comenzó a reformar la economía de Chile. Siguiendo un conjunto de principios ideados por un grupo de economistas educados en Estados Unidos —contenidos en un libro de políticas conocido como «El ladrillo» – la administración de Pinochet redujo drásticamente el papel del estado, recortando los presupuestos para vivienda pública, educación y seguridad social, y vendiendo las empresas de propiedad estatal. La dictadura terminó en 1990, luego de que el 56% de los chilenos votaran por la transición a la democracia en un referéndum”.

Uno de los artífices de esa constitución, Jaime Guzmán, mencionó en 1979, en referencia a ésta, que “Es preferible crear una realidad que restrinja, a quien gobierna, a sus demandas. Es decir, si nuestros adversarios llegan al poder, se verán obligados a tomar acciones que no sean tan diferentes a las que nos gustaría «.

Así que los gobiernos siguientes a Pinochet, según muchos analistas, estuvieron limitados para concebir otros rumbos.

Como lo confirma Claudia Heiss, directora de ciencias políticas del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, autora del libro ¿Por qué Necesitamos una Nueva Constitución?”:»La constitución creó un sistema político que era incapaz de producir cambios…Todo lo que en las protestas llaman «abusos», es porque nos falta protección social. Lo que en otras constituciones se consideran derechos económicos y sociales, en esta Constitución se estableció que son «libertades», que no son derechos. Un ejemplo es que establece libertad de enseñanza, no derecho a la educación». (FOTO LIBRO)

Tomemos otro ejemplo: En Chile, una parte de la ciudadanía pide un acceso más equitativo a la salud, a las pensiones y a la educación, sectores que fueron privatizados desde hace 40 años y que generan un impacto económico en las familias de clase media.

Esas han sido entre otras las razones que se han esgrimido en las manifestaciones que se iniciaron en octubre del 2019, cuando miles de chilenos salieron a las calles durante un mes para pedir mejoras en la atención a la salud, a la educación y mayor equidad social y económica. El gobierno de Sebastián Piñera, accedió  el 15 de noviembre de 2019, a convocar un referendo el 26 de abril de 2020 que decidiría si Chile iniciaría un proceso constitucional para redactar una nueva Constitución y que fue pospuesto para este 25 de octubre.

La última edición del informe Panorama Social de América Latina elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) parece respaldar la visión de inequidad de la sociedad chilena. El 1% más adinerado de Chile se quedó con el 26,5% de la riqueza en el 2017, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% de la riqueza neta del país.

De aprobarse el referendo, se redactaría un borrador de Constitución que se  sometería a un segundo plebiscito para su ratificación.

Entre quienes respaldan un cambio, muchas son mujeres,  que hasta hace poco se veían limitadas en la participación política, menos del 20%, pero que en marzo, recibieron con beneplácito la aprobación por parte del Congreso de chileno de una inédita ley que asegura la paridad de género en las candidaturas para la Convención Constituyente que se conformará si se impone la aprobación en el plebiscito.

Son muchos los cambios que están planteados, sabemos como venezolanos, que el cambio en la Constitución puede cambiar el alma de un país. Esperamos que esta vez, en Chile, sea para bien