El principal bloque parlamentario del Líbano liderado por el movimiento armado chiita Hezbolá perdió la mayoría en las elecciones legislativas, según los resultados definitivos anunciados el martes, que dieron numerosos escaños a candidatos surgidos de las protestas de 2019.
La votación tuvo lugar el domingo en un país hundido por la peor crisis socio-económica de su historia que gran parte de la población, organizaciones internacionales y países extranjeros atribuyen a la corrupción y la mala gestión de una clase dirigente asentada desde hace décadas en el poder.
El movimiento chiita respaldado por Irán y sus aliados no pudieron alcanzar los 65 diputados necesarios para conservar su mayoría legislativa, anunció el ministro de Interior Bassam Mawlawi.
Kevin Ary Levin, sociólogo, con maestría en estudios de Medio Oriente, Sur de Asia y África, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En primer lugar hay que entender cómo funciona el sistema político libanés, que es un sistema parlamentario, donde los gobierno se forman a través de la alianza de distintos partidos, y dependiendo de la configuración responden a divisiones sectarias y religiosas. En ese sentido, lo más relevantes de estas elecciones, fue el revés electoral que tuvo Hezbolá y el Partido Cristiano que eran sus aliados. Esto implica que el Líbano tendrá un Parlamento muy polarizado entre fuerzas a favor y en contra de Hezbolá”, dijo Ary Levin.
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El experto también señaló que Hezbolá tendrá dificulatdes para formar gobierno.
“Por otro lado tenemos que entender que estas son las primeras elecciones desde las protestas de finales de 2019 en el Líbano. Unas protestas en contra de un sistema política corrupto, una situación económica con mucha inflación, y también se suma la gran tragedia de la explosión del puerto de Beirut. Esto hizo que surgiera un movimiento antisistema. Hoy por hoy, Hezbolá, que nación como un movimiento revolucionario y de resistencia, ante la presencia israelí, hoy es percibido por muchos ciudadanos libaneses como parte del sistema que hay que desmontar”, apuntó.
Desde Occidente se percibe a Hezbolá como un sector radical e incluso como un movimiento terrorista de izquierda.
“El sistema político libanés prácticamente se conforma por tres partidos, donde uno funciona como péndulo. Lo que tenemos es una comunidad musulmana que encuentra como referencia a Arabia Saudita y a las monarquías del golfo, y entienden que las alianzas del Líbano deben ser con las fuerzas occidentales y Estados Unidos. Por otro lado está Hezbolá, que entiende que su referente natural es Irán y Siria. Ante eso, muchas veces termina decidiendo la comunidad cristiana que es la tercera fuerza electoral. Es allí donde podemos encontrar un resultado diferente”, explicó.
Para el analista, el Líbano se encuentra en una situación muy delicada desde el punto de vista político, económico y social.
Finalmente, Ary Levin, destacó que el tema de los asentamientos divide a la sociedad israelí.
“El gobierno actual formado en junio de 2021 se formó como una coalición de unidad en su oposición a Benjamin Netanyahu. Esta situación llevó a elegir un gobierno muy presionado por la izquierda”, puntualizó.