El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, tomó posesión de su cargo este 7 de agosto. Un llamado a la unión de Colombia y Latinoamérica y la búsqueda de la paz con los grupos armados fueron los principales ejes de su discurso de investidura.
El izquierdista también anunció grandes reformas, entre ellas, una tributaria que estará enfocada en lo social.
Ana María Vélez, periodista colombiana y directora de “La Otra Cara de la Moneda”, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Ya hoy Colombia comienza una nueva era con un gobierno de izquierda, que va a trabajar mucho más por las comunidades. Eso es lo que se espera, porque es la promesa de gobierno, trabajar por las personas más desfavorecidas que han sido afectadas por la desigualdad e inequidad. El anuncio de paz llena de esperanza a diferentes sectores del país, pero para nadie es un secreto que en este momento Colombia tiene divisiones políticas, y no solo desde los sectores políticos, sino de la sociedad en general, que tiene una percepción esperanzadora por un lado y por el potro de miedo porque hay un gobierno de izquierda”, dijo Vélez.
La periodista señaló que el discurso de Gustavo Petro resultó en pocos radicalismos y pacífico.
“Eso fue lo interesante, además de un discurso alejado del odio y de los señalamientos y enfocado en el futuro. Si nos ponemos a ver no fue un discurso con retrovisor. Es decir, no estaba examinando el gobierno anterior, sino ofreciendo un cambio al país. El tema de la paz para un país como Colombia que ha sufrido durante tantos años el conflicto armado, llena de cierta esperanza. Creo que lo que habrá son críticas por un lado, porque para lograr la paz se tendrán que hacer ciertos sacrificios y seguramente tendrán que condonar delitos, y eso es lo que puede preocupar a algunas personas. Para muchos puede haber impunidad y para los otros es un sorbo de paz”, explicó.
La primera orden presidencial del señor Petro fue pedir la espada de Bolívar, como un gesto simbólico y dando una señal de que el ahora tiene el poder, después de que el ex-presidente Iván Duque se negara a darle la espada para su juramentación.
“Recordemos que Gustavo Petro perteneció al grupo rebelde M-19, muy similar a una guerrilla pero con menos envergadura. Ese grupo en su momento se robó la espada de Bolívar, luego en el proceso de paz a regresaron. Es un elemento muy simbólico porque precisamente representaba la revolución para ese grupo guerrillero. Cuando Petro se reunió con Duque días atrás, hablaron sobre el tema y es un objeto simbólico que siempre está presente en las tomas de posesiones. En un momento de cambio de gobierno, al nuevo presidente se le entrega la espada. En este caso, la espada no hubiera tenido protagonismo, si Duque no hubiera tenido la negativa de que la espada saliera del Palacio de Nariño para la posesión de Petro. Eso terminó siendo un show que favorece aún más la imagen de Petro”, acotó.
Finalmente, Vélez destacó que aunque el tema de la espada fue la última jugada de Iván Duque, lo hizo quedar muy mal.
“Se dijo que la espada no tenía una póliza de seguro, pero varios medios de comunicación comprobaron que había una póliza vigente”, puntualizó.
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