La visita del presidente de Bolivia, Luis Arce, para reunirse con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sirvió para sepultar la crisis diplomática desatada en 2019 tras el asilo de Evo Morales y parte de su Gobierno.
El analista internacional Fausto Pretelin Muñoz de Cote , abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Es una visita que no tiene una enorme relevancia. Para el presidente de México si tiene importancia porque tiene muy poco contacto internacional. Lo tuvo con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y ahora lo tiene con Bolivia. El presidente López Obrador utiliza la retórica de sus homólogos argentino y boliviano para fortalecer su postura. Es evidente que el presidente de Bolivia vino a mentir, a decir que hubo un Golpe de Estado. Es una especie de Qanon en América Latina”, dijo Muñoz de Cote.
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Para los analistas las teorías conspirativas suceden cuando solo vemos un pedazo de la película. “Luis Arce no fue tan claro en explicar que en 2015 hubo un referendo que los bolivianos votaron para que Evo Morales no se reeligiera. Tampoco dijo que Evo Morales perdió el apoyo de los sindicatos y de algunos militares. Lo más preocupante es el discurso divisorio y polarizador, en medio de una pandmeia”, agregó.
El experto comentó que los presidentes como Luis Arce y mismo López Obrador, “se sientes víctimas de entes internacionales para desestabilizar a su país. Es un populismo que exacerba el ánimo de la población, pero que no alivia la crisis que viven ambos países”, señaló.
Para Muñoz de Cote la visita de Arce a México es para legitimizar su mandato y opacar las reacciones internacionales que se han generado por la prisión de la ex-presidenta Jeanine Áñez,