El presidente norteamericano, Donald Trump, denunció fraude sin ofrecer una evidencia contundente. El presidente ya ha anunciado su intención de llevar la elección a la Corte Suprema de Estados Unidos
Sin embargo, las denuncias de fraude de Trump podrían ser parte de una estrategia psicológica, con el objetivo de persuadir a grandes cantidades de norteamericanos de rechazar la legitimidad de su derrota.
Héctor Vizcarrondo, psiquiatra, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Muchos profesionales de mi misma área han hecho un diagnóstico de que el presidente es una persona narcisista. Su comportamiento y la manera de enfrentar los problemas confirman que el diagnóstico es correcto. Él está es una situación muy difícil en estos momentos y fue educado como alguien que no podía perder. Recordemos que él y su hermano tuvieron muchas presiones de su padre, incluso su hermano sufrió de problemas mentales. Definitivamente él no quiere perder y distorsiona la realidad. Esto conlleva que actúe de forma equivocada agresiva y violentamente. Como un buen negociador hace su apuesta y espera ver qué respuesta tiene de los demás, siempre con ilusiones violentas”, dijo el experto.
Hay mucha expectativa de lo que se pueda esperar de una persona tan impredecible en plena transición del poder y de la presidencia de Estados Unidos.
“La personalidad de alguien es importante para cualquier cosa que vayas a tener la vida. Siempre, cuando hay una asociación no solo se debe pensar en el inicio sino en el final, es decir en el momento que el negocio quiebra o que el matrimonio se disuelve. En esos instantes, sale a relucir la personalidad que le dará comprensión y serenidad a la persona”, agregó Vizcarrondo.
Un estudio científico único realizado el día antes y en la mañana de la elección presidencial de Estados Unidos de 2016, que analizaba los cambios de actitud de 1.000 adultos norteamericanos en edad de votar, determinó que la exposición a una retórica conspirativa sobre interferencia electoral produjo un profundo efecto psicológico.
“En toda sociedad hay líderes y hay seguidores. La mayoría son seguidores y tienden a plegarse a los líderes con una forma de sumisión y para evitar las responsabilidades, La libertad y la responsabilidad son una igualdad. Si me someto por ignorancia o pasión a alguien la responsabilidad no es mía y me exonero de las decisiones tomadas. Hay mucho de eso en la democracia. El ciudadano democrático es el gran enemigo de la democracia, porque democracia no es algo genético, es algo que hay que estudiar permanentemente”, afirmó el psiquiatra.
El presidente Trump tiene todo el derecho a dudar el resultado y a pedir un reconteo de los votos, pero si al final termina siendo el perdedor hay temor de lo que pueda ocurrir.
“Para este tipo de personalidad perder es ver la realidad e ir a la realidad es muy duro para estas personas narcisistas que se inmola en la imagen que veía en su fantasía. Es probable que si no logra aceptar la realidad le queda una salida heroica, fatalista, personal o colectiva. La audiencia es muy importante, porque en estos momentos no hay ciudadanos democráticos sino un caldo de emociones”, puntualizó el experto.
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