Ha corrido este primer año de gobierno del presidente Joe Biden, un año cargado de retos y desafíos. Pero éste como muchos ha sido un período donde las jugadas inesperadas como en los mejores juegos de ajedrez han tenido un nuevo protagonismo.
Demócratas y republicanos a cada lado del tablero colocan sus mejores piezas en el congreso, y presentan sus estrategias con la mirada puesta en las dos próximas elecciones, las de medio término 2022 y las presidenciales del 2024.
Evidentemente el protagonista principal es el propio presidente Joe Biden, el de mayor edad en ocupar ese puesto. Es de los pocos presidentes que ha asumido su gobierno desde la perspectiva de la historia y del legado que piensa dejar.Está intentando atender las crisis fundamentales que enfrenta Estados Unidos, para ello ha promovido en algunos casos con éxito y en otros no, sus piezas más relevantes de legislación, que son el plan de infraestructura, el Plan de rescate americano (un plan social) y la resolución del presupuesto de la nación.Todo ello en medio de la pandemia, con mandatos de vacunación que han sido frenados por gobernadores republicanos en sus estados, cuestionado por el retiro caótico de las tropas estadounidenses de Afganistán y enfrentando leyes estatales limitativas del voto que ya preparan el terreno para las próximas votaciones.
Cada una de sus estrategias ha contado con el apoyo de algunos aliados internos en el partido demócrata. La primera, la poderosa líder presidenta de la cámara de representantes Nancy Pelosi.
Pelosi es ampliamente considerada como uno de las presidentas de la cámara, más efectivos de la historia, con una lista de logros que incluye no sólo la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, Affordable Care Act, sino que ayudó dos veces a rescatar al país del colapso económico, primero en 2009 en medio de la Gran Recesión y nuevamente el año pasado después de la cierre mundial causado por la pandemia COVID-19.Newt Gingrich ha sugerido que Pelosi puede ser «el orador más fuerte de la historia. Ha demostrado más capacidad de organización y fuerza, con márgenes realmente estrechos”
Del otro lado de la mesa está el poderoso gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, quien este año ha fortalecido su imagen oponiéndose con fuerza y vigor a órdenes ejecutivas de Biden y generando leyes internas con proyección más allá de las fronteras de Texas. El 19 de mayo, Abbot aprobó una de las leyes más restrictivas del aborto en Estados Unidos, que prohíbe esta intervención a partir de las seis semanas de gestación y enfrenta el poder de otras instituciones para concretarlo. El 7 de septiembre Abbot promulgó una reforma electoral que añade más restricciones al voto en el estado, después de que los demócratas pasaran meses protestando por lo que dicen son intentos de debilitar la participación de las minorías del país y preservar el erosionado dominio de los republicanos. El 12 de octubre pasado dictó una orden ejecutiva que establece que ninguna empresa de su estado puede pedir a sus empleados que se vacunen contra la covid-19, contraviniendo el mandato de Biden a las empresas. Abbot es el contrapoder en su estado y se ha crecido ante la visión de muchos dentro del partido republicano.
Desde dentro del propio partido demócrata, Joe Manchin ha mostrado una independencia de criterio y decisión que lo ha convertido en un jugador interesante de observar en la política estadounidense, es el único demócrata de alto rango que sigue ganando votaciones en Virginia Occidental, un estado que en las últimas dos décadas se ha vuelto cada vez más republicano. Manchin es único porque su voto vale más que el de cualquier otro senador demócrata en el país, debido a que el margen de ventaja entre los dos partidos en la cámara alta es de empate, 50 demócratas y 50 republicanos. Ahora en tiempos de Biden, como senador, Joe Manchin está comprometido en llevar el espíritu del bipartidismo a Washington, cosa que ha demostrado con sus posturas. Ha estado contra varios candidatos a cargos en el gobierno de Biden, también contra la Ley For the People, que garantizaría el registro automático y el mismo día a los votantes e impondría límites a la manipulación y restablecería los derechos de voto de los delincuentes.
“Las votaciones y las reformas electorales que se llevan a cabo de manera partidista prácticamente garantizarán que las divisiones partidistas sigan profundizándose”
Hay más figuras importantes que mencionar entre ellas,Mitch McConnell, el líder republicano del Senado de los Estados Unidos. Es el líder republicano del Senado con más años de servicio en la historia de Estados Unidos.De 2015 a 2021, McConnell se desempeñó como líder de la mayoría del Senado. Ahora es el líder de la minoría republicana. Y ejerce con sabiduría ese poder, un ejemplo de ello es la carta que le enviara el 8 de octubre al presidente Biden con respecto al deber de los demócratas del Congreso de aumentar el límite de la deuda:“Estimado presidente Biden:Anoche, los republicanos llenaron el vacío de liderazgo que ha preocupado al Senado desde enero. Le escribo para informarle que no volveré a proporcionar esa asistencia si su gobierno, totalmente demócrata, entra en otra crisis evitable”.
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