Casi han pasado 50 años desde que el hombre caminó por última vez en la Luna. Hoy una nueva era espacial se perfila en el futuro de la humanidad y regresar al satélite que orbita nuestro planeta es sólo el primer paso. El plan de la NASA consiste en tres misiones especiales –Artemis I, II y III–, las cuales comprobarán si la especie humana podrá lanzarse a la conquista del espacio exterior.
El itinerario de Artemis I inició el 3 de septiembre de 2022 y en total recorrerá más de dos millones de kilómetros a lo largo de 37 días, en caso de no haber eventualidades regresará a la Tierra el 11 de octubre a una velocidad cercana a los 40 mil kilómetros por hora. Para esta primera misión, la nave no tendrá pasajeros. En su interior viajarán tres muñecos de prueba que comprobarán los posibles daños causados en el cuerpo humano por el trayecto y la cantidad de radiación que recibirán los astronautas.
Este nuevo interés de la NASA, diversas agencias espaciales y empresas privadas por ir a la Luna responde, a un interés económico y geopolítico.
César Miguel Rondón abordó el tema en el programa En Conexión Radio, junto a Rodrigo Herrera-Camus, profesor de astronomía de la Universidad de Concepción y el doctor Marcio Meléndez, científico principal de óptica astronómica en el Instituto de ciencia del telescopio espacial en Baltimore Maryland.
“Mucha gente se está preguntando el por qué volver a la luna, pero es interesante entender una nueva misión de Estados Unidos como una nueva carrera espacial, donde China juega un nivel protagónico que tiene un plan a largo plazo de llegar a Marte y otros cuerpos cercanos a la tierra. En ese nuevo panorama mundial, tiene sentido llegar de nuevo a la luna como un paso intermedio. Muchas de las cosas que estamos buscando son respuestas de nuestro origen, cómo se formó el sistema solar y pensar en el futuro. Estamos buscando yacimientos de agua y dónde más podemos vivir como humanidad. También queremos ver hacia dónde vamos. Esto tiene respuesta visitando la luna, Marte y los cuerpos cercanos a la Tierra”, dijo Herrera-Camus.
Por su parte, Meléndez destacó que es que muy importante el próximo paso que se está tratando de dar, que es tener un programa de llegar a la luna de forma sustentable.
“Una de las cosas que se está buscando, es tener cohetes reusables porque eso abaratará los costos de viajar, recibir y traer materiales de la luna. El cohete Star Ship de Elon Musk es mucho más grande que el del programa de la NASA Artemis. Estamos hablando de un cohete de 120 metros de altura. Hay que decir, que no se trata solo de llevar hombres y mujeres a la luna, es llevarlos de una manera sustentable. Es decir, que podamos hacer ese viaje varias veces. Eso eventualmente tendrá beneficios económicos”, apuntó.
Camus-Herrera agregó que es importante lograr a que ubicación específica se quiere ir en la luna.
“Se quiere ir a dónde están los cráteres y los yacimientos de agua, donde se pueden establecer bases prolongadas de estadía. A partir del agua se pueden realizar combustibles y se pueden pensar en lanzamientos de la luna a Marte. A largo plazo se tiene sentido establecer una base en la luna. Es un paso muy importante establecerse en el planeta rojo. La idea principal es vivir en esos planetas”, explicó.
Igualmente, Meléndez resaltó que al final de todo lo que está por detrás es la explotación espacial.
“Siempre será un proceso colaborativo. La misión Artemis tiene colaboración con Japón, Europa y Canadá. La Agencia Espacial China tiene colaboraciones con India. Hay colaboraciones de empresas privadas también. De cierta manera, estamos hablando de una economía lunar”, apuntó.
Visto el panorama de una nueva carrera espacial y el interés que hay por los recursos que existen en la luna, se podría considerar en el futuro un conflicto que llegue a convertirse en una guerra.
“La pregunta del millón de dólares es quién regula el espacio y la luna, ese es uno de los miedos que impulsa esta carrera espacial. Ese es el temor de Estados Unidos y China. La primera persona que llegue a la luna, logrará establecer una base y tendrá las mejores locaciones para explotar económicamente los recursos que hay. Se piensa en los tratados de los años 60 y 70, donde la luna es de todo el mundo, pero sabemos que el que llegue primero se hará con los mejores recursos”, acotó Meléndez.
Camus-Herrera afirmó que debe haber una actualización de estos tratados internacionales.
“Urge que Naciones Unidas firme unos nuevos acuerdos. Como humanidad, nos debemos poner de acuerdo sobre el uso que se le dará a esos recursos. También hay un tema de contaminación, cuánto podemos contaminar la luna y Marte”; señaló.
Finalmente, Meléndez destacó volver a la luna es importante y veremos cómo se formó el universo.
“Ahora vemos planetas rocosos que se parecen mucho a la tierra. La astronomía se ha revolucionado en los últimos siete meses. Podemos ver el orifen de la vida. Todas estas misiones están enfrascadas en metas científicas que nos ayuden a responder de dónde venimos”, puntualizó.
Por su parte, Camus-Herrera destacó que hay que entender que Marte no es la nueva tierra.
“Marte no es una opción, nunca fuimos capaces de detener el calentamiento global. Es importante que como humanidad entendamos los tremendos desafíos que tenemos”, puntualizó.
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