El salario mínimo en Venezuela equivaldrá a 4,6 dólares a partir del 1 de mayo, luego de que este lunes el presidente Nicolás Maduro anunciara un aumento del 60%.
Asimismo, en el marco de pandemia, el pasado 24 de abril la vicepresidenta de ese país, Delcy Rodríguez, informó que su administración retomaría las políticas «de venta supervisada». Tras ordenar el control de precios en ciertos productos alimenticios.
En una entrevista concedida para el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón, la economista y directora de Síntesis Financiera, Tamara Herrera, explicó que estas decisiones han podido darse por dos razones.
De acuerdo con Herrera, es posible que haya una «desesperación» por parte del Gobierno ante el deterioro de la vida de los ciudadanos. Pero su ideología política, lo empuja a tomar decisiones que solo dan lugar a más represión económica.
El incremento del sueldo, explicó, puede dar una idea de hacia dónde van los ajustes financieros de Maduro.
La repartición de bonos monetarios a discreción, estimó, podría seguir siendo su estrategia en tiempos de pandemia.
Según sostuvo la experta, si el Estado venezolano sigue con medidas agresivas en contra del sector productivo de la nación, se está «disparando a su propio pie» y reeditando los vicios del pasado.
«No se sabe por qué el gobierno quiere tomar este riesgo ahora», advirtió. Resaltando que –en cierta medida– la permisividad económica del 2019 había dado buenos resultados en Venezuela.
Herrera indicó que las más recientes acciones de Maduro alejan a los inversionistas. Justo cuando lo más importante es garantizar el abastecimiento del país.
«Venezuela está cerca de umbrales nunca antes vistos por combinación de factores negativos», comentó; y concluyó diciendo que si se actúa «con cortoplacismo» la nación latinoamericana tendrá que recoger «las cenizas del piso» para retomar las sendas del crecimiento.