José Ignacio Hernández, quien fuera el procurador del gobierno interino presidido por Juan Guaidó, y actual profesor en la Universidad de Harvard, presentó un libro titulado «Bases fundamentales en la transición en Venezuela: el reconocimiento del presidente de la Asamblea Nacional como presidente encargado de Venezuela».
En el texto, Hernández revela cómo surgió la idea del gobierno interino, cuáles fueron sus bases constitucionales y legales, y cuál fue la estrategia de transición de la cual se partió.
José Ignacio Hernández explicó todos esos elementos en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
«El libro plantea como la democracia en Venezuela fue degradada por el autoritarismo populista de Hugo Chávez y luego de Nicolás Maduro. Explico cómo ese autoritarismo arrastró una severa crisis económica que derivó en una emergencia humanitaria compleja, y luego comenzó a afectar la capacidad del estado que comenzó a tornar en un estado fallido. Esos tres factores, un régimen no democrático, una emergencia humanitaria y un estado fallido, se conjugaron para crear la estrategia de transición que se diseñó a finales de 2018 y se implementó en el año 2019, con el reconocimiento internacional del diputado Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela», explicó Hernández.
Fue una estrategia bien argumentada, planificada, implementada y llevada adelante. Sin embargo, un año y medio después, esos esfuerzos no rindieron sus frutos porque el círculo de Nicolás Maduro sigue ejerciendo el poder en Venezuela. Y, lo que es más grave, la estructura del gobierno interino parece que se ha debilitado.
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«El libro tiene dos objetivos. La primera es responder cuál es la naturaleza del problema que estamos enfrentando. A veces los venezolanos estamos como esos niños que tienen una cinta en los ojos para pegarle a una piñata. Un día se habla de las parlamentarias y mañana se habla de otra cosa. Hay que entender a qué nos estamos enfrentando y luego hay que hacer un proceso de revisión de la estrategia del gobierno interino. Es decir, evaluar si la estrategia estuvo bien diseñada o si hubo errores de diseño. Una vez se respondan esas dos preguntas, estaremos en mejor capacidad para evaluar el futuro porque indudablemente es necesario implementar cambios en la estrategia de transición en Venezuela», agregó el ex procurador del gobierno interino de Guaidó.
En este momento político en Venezuela, el círculo de Nicolás Maduro luce sólido en el ejercicio del poder, lo que le dio espacio de maniobra para convocar a las elecciones parlamentarias en diciembre y generar el debate dentro de la oposición de participar o no participar en el proceso electoral.
Por su parte, la oposición está dividida. Hay un grupo que sigue alineado con Juan Guaidó, otros dirigentes han dicho que no quieren unirse a los denominado G4.
«Sigo estando asombrado de la capacidad del régimen de Nicolás Maduro para hacer el mal. La esencia del problema y la explicación del por qué la estrategia de la transición no ha cuajado y por qué la estructura y el diseño institucional aparecen resquebrajados hoy en día, es que el régimen de Maduro no es puramente político. Maduro no es un dictador convencional que actúa con incentivo político. Venezuela es un estado fallido, sus débiles estructuras han sido minadas por el crimen organizado. La naturaleza del régimen de Maduro es criminal y por ende el incentivo es completamente distinto. No se puede solucionar un problema de crimen organizado con herramientas políticas. Es como si en Colombia hubieran querido solucionar el problema de Pablo Escobar con un consejo de gobierno o con elecciones. Esa no es la estrategia adecuada y eso permite explicar por qué no se ha logrado el cambio en Venezuela y por qué la estrategia de la transición se ha ido debilitando», resaltó Hernández.
En estos momentos pareciera que todos los caminos democráticos en Venezuela están cerrados y el liderazgo político se quedó si una ruta clara.
«Lo he dicho en varias ocasiones y en el libro está el sustento científico. En Venezuela solo hay dos opciones. La primera es lograr detener el colapso, resolviendo el problema que va más allá de lo político. Es decir, el problema de Venezuela no se va a solucionar solo con elecciones. La segunda es que no se detenga el ritmo de colapso y el país se encamine a un proceso de colapso estatal y pasará a ser lo que he llamado la Somalia de Latinoamérica», expuso el autor del libro
Justamente esta semana, el ambiente político en Venezuela se caldeó por el documento emitido por la Conferencia Episcopal Venezolana, criticando la abstención en las elecciones parlamentarias y la falta de estrategia política.
«Uno de los títulos del libro es el cuestionamiento del debate sobre el voto o la abstención en Venezuela. Lo escribí en referencia a la Venezuela de 2018. Ahora el debate es todavía más irrelevante, porque el cambio que necesita Venezuela tiene que surgir de una acción política. El desconocer las elecciones parlamentarias y de no participar, no es una estrategia de acción política y no va a producir un cambio. En 2018 la Asamblea Nacional desconoció la elección presidencial, pero no produjo ningún cambio. La maquinaria política de la oposición se comenzó a mover de nuevo cuando Juan Guaidó asume la acción política de actuar como presidente encargado. Por lo tanto, comparto la esencia del comunicado de la CEV. Maduro va a ser sus elecciones y va a instalar la nueva Asamblea el 5 de enero de 2021. La pregunta es cuál es la estrategia para responder a eso y detener el colapso del estado venezolano», dijo Hernández.