Sin el apoyo de Migración Colombia, la alcaldesa Claudia López, descartó la creación del comando en contra de los migrantes, pero sigue defendiéndolo, como un paso necesario para identificar y judicializar delincuentes.
“Respetamos pero no compartimos la decisión del Gobierno nacional y de Migración Colombia de no querer hacer patrullaje conjunto, en un comando con la Policía Metropolitana de Bogotá, para que podamos en las calles identificar a organizaciones criminales que combinan colombianos y extranjeros para robar, atracar o peor aún matar a nuestros ciudadanos”, declaró el pasado jueves.
Laura Cristina Dib, directora de la Clínica Jurídica para Migrantes Uniandes, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Realmente es interesante porque no hay datos que respalden este tipo de políticas públicas. Existen estudios que verifican que no hay una relación entre el aumento de la migración y el aumento de la criminalidad en Colombia. El Centro de Estudios de Seguridad y Droga de la Universidad de Los Andes, han emitido estudios estadísticos y se ha demostrado que no existe tal conexión. En Colombia hay aproximadamente en este momento 1.7 millones de venezolanos, lo que corresponde al 3.6% de la población. Sin embargo, de ese 3.6%, menos del 0.6% han sido señalados de cometer algún tipo de delitos o han sido judicializados. De tal manera, parte de la crítica que hacemos, es que no existe un basamento empírico para esta política pública”, dijo Dib.
Los estudios ponen en evidencia que la campaña de la alcaldesa López está cargada de xenofobia.
“Eso atañe a dinámicas políticas, de las cuales la Universidad de Los Andes no estudia. No obstante, lo que es cierto es que hay que despersonalizar este asunto. No es solo la alcaldesa de Bogotá, este tipo de expresiones xenofóbicas la hemos visto por parte de varios líderes locales, alcaldes y gobernadores. Más allá de entender el por qué existe este discurso, lo importante es decir que Colombia y todo funcionario público debe acatar las obligaciones que tienen como representantes del estado”, agregó la especialista.
Para Dib, más allá de la xenofobia que pueda existir, hay que diferencias los casos. “Es distinto la relación que pueda tener un venezolano que llega con oportunidades, que han estudiado y trabajado, que lo que ocurre con la población que llega de Venezuela a pie, huyendo de la emergencia humanitaria compleja. La percepción que se tiene en Colombia de los migrantes, depende de la situación socioeconómica de los migrantes”.
La defensora de los derechos humanos también destacó que la mujer venezolana es mayormente el blanco de los ataques xenófobos.
“Eso responde a una problemática mayor de cómo nuestras sociedades ven a las mujeres migrantes. Vemos con preocupación como los medios de comunicación se han referido a las mujeres migrantes. Para poder entender lo que sucede en Colombia con la población migrante, es necesario entender las necesidades que tenían los migrantes en su país de origen. En Venezuela hay ciudades donde la escasez de métodos anticonceptivos es del 100%. Estas mujeres llegan a Colombia y dan pie para que existan discursos que estigmatizan a las mujeres migrantes”, puntualizó.
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