Latinoamérica, con México a la cabeza, fue en 2022 la región del mundo más mortífera para las personas que ejercen el periodismo, según un informe que hizo público este martes (24.01.2023) el Comité de Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Solo Ucrania, con 15 reporteros muertos, supera la cifra de México (13 asesinados), y a México le sigue Haití, donde mataron a siete periodistas. En total, 30 periodistas de América Latina murieron violentamente en 2022, lo que constituye casi la mitad de los 67 que fallecieron en todo el mundo.
A su vez, esos 67 muertos violentamente suponen un aumento del 50 % desde al año anterior, y es la cifra más alta desde 2018, algo que «indica un declive abrupto de la libertad de prensa», afirmó Jodie Ginsberg, presidenta del CPJ, en el comunicado donde se dio a conocer el informe.
Los periodistas Leopoldo Maldonado y Balbina Flores, abordó el tema en el programa En Conexión Radio, conducido por César Miguel Rondón.
“México desde hace 15 años, inició una funesta guerra contra el narcotráfico, sin ninguna estrategia bien definida y filtrada por las fuerzas militares. El uso de la fuerza brutal del estado provocó más violencia. Muchos periodistas dicen que estábamos en una guerra y no nos dábamos cuenta. Somos periodistas de guerra y esa es la situación que se vive en zonas fronterizas. También tiene que ver con el cambio de poderes formales en buena parte del país. Si nos damos cuenta del mapa de asesinatos de México, la gran mayoría ocurrió en la costa del Pacífico. En 2021 y 2022, hubo un cambio de partidos políticos y gobiernos estatales. Eso conlleva a un pacto de grupos criminales. El estado mexicano está penetrado por los grupos criminales”, dijo Maldonado.
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Para el periodista, históricamente los grupos criminales se han peleado por las costas, porque son las rutas de la droga.
“Es estratégico para los grupos criminales, tener esos territorios. Han negociado con diferentes gobiernos de las zonas”, añadió.
Por su parte, la periodista Balbina Flores señaló que hay tres puntos principales que se comparte en la región.
“Uno es el tema de la impunidad. La situación de impunidad se ha enquistado en México y no ha logrado retroceder. No ha habido una voluntad política suficiente. Otro punto, tiene que ver con los contextos de violencia en que se realizan los trabajos de los periodistas. Hay regiones, en que se han instalado de manera permanente las zonas de silencio. Tenemos ahora un problema que es la situación de desplazamiento de periodistas. Esos son los puntos que están sobre la mesa.
Empresas Criminales:
Muchos ya comienzan a considerar a los cárteles y a los grupos criminales como empresas criminales.
“Hay muchos temas que convergen en el panorama de la violencia en México, y particularmente, en la violencia con periodistas. Son verdaderas empresas criminales las que actúan, por eso hay intereses entre grupos criminales y políticos. No es casualidad, que la mayoría de las víctimas se dedicaban a temas de política y corrupción. Quienes jalan el gatillo son integrantes del crimen organizado, pero quienes lo están fraguando son los políticos junto a los jefes criminales”, acotó.
Flores, relató cómo ella recibió una amenaza.
“En el año 2014, una persona me llamó y me dijo que me conocía y que sabía en lo que trabajaba. Que le habían pagado para hacerme daño. Yo le pregunté quién era y me amenazó. Colgué, él insistió en llamar y no contesté más. La indefensión del periodista es total. Es un sentimiento que se genera en todo el gremio”, enfatizo.
Conclusiones
Entre las conclusiones que señala Maldonado está la impunidad en México.
“Hay que recordar que la prensa es incómoda porque revela las relaciones entre los poderes fácticos y los poderes públicos. La mayoría de las agresiones a periodistas son contra los que cubren política y no seguridad. La prensa en México es atacada cada 14 horas. La justicia en México está totalmente politizada”, explicó.
Finalmente, Flores estacó que se requiere una política de prevención.
“El mecanismo de protección a periodistas sabe cuáles son las regiones más peligrosas para ejercer la profesión, hay que tener una intervención”.