Las redes sociales ofrecen una extraordinaria libertad informativa. Sin embargo, también alimentan la difusión descontrolada de contenidos conspirativos y pseudocientíficos. El problema ha sido calificado por el Foro Económico Mundial como una de las mayores amenazas para la sociedad.
Pablo Sánchez Noguera, periodista especializado en tecnología, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Las teorías conspirativas se divulgan a través de las redes sociales. Estamos hablando de Facebook, Twitter, Youtube y Whatsapp. En el caso de las tres primeras, tienen mucho que ver en la manera en que funciona al algoritmo que es el motor de estas redes sociales. El algoritmo de las redes estás determinado para detectar nuestros gustos y qué tipo de información leemos y qué tipo de productos consumimos. Es impresionante ver cómo todos los Facebook son distintos, esto tiene que ver con un alto grado de personalización de las informaciones que consumimos”, dijo el periodista.
Para Sánchez Noguera, la clave está en que cuando se cree en cierta teoría conspirativa se busca por internet o por las redes sociales.
“Facebook, Twitter y Youtube nos brinda una especie de cristal por el cual vemos el mundo. Cuando buscamos una información, el algoritmo va a detectar informaciones similares y nos va a enviar ese tipo de información. La pandemia del COVID-19 nos ha enseñado lo peligrosas que pueden ser las teorías conspirativas. Si hablamos de teorías en contra de la vacunación, se pueden causar millones de muertes. Eso ha ocasionado que muchas redes tomen medidas. Facebook, Twitter y Youtube han afirmado que han bloqueado numerosos videos que nombran al COVID-19 “, explicó el experto.
El reportero comentó que es muy difícil determinar quién comenzó a difundir las teorías de la conspiración por las redes sociales.
“Las teorías conspirativas son un fenómeno que se han exacerbado por las redes sociales, pero existen desde hace muchos años. Una de las cosas que ha hecho que sean tan explosivas, es que muchas verdades fundamentales de hoy, en algún momento fueron teorías conspirativas. El caso más emblemático fue el de las tabacaleras. Se sabe hoy en día que el tabaco mata, pero 50 años atrás era una teoría conspirativa. Otro caso fue como la iglesia católica ocultó los casos de pederastia. En este sentido, la gente en redes sociales no quiere que los engañen. La gente debe tener en cuenta que las redes sociales no son una fuente de información confiable, porque siempre reflejan la manera en que la gente piensa”, puntualizó.
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