Ecuador ha quedado conmocionado por una nueva masacre en un penal. Los familiares de las víctimas se preguntan cómo pudieron entrar las armas. El incidente se produjo en el Centro de Privación de Libertad Santo Domingo, localizado a unos 100 kilómetros al suroeste de Quito.
Néstor Aguilera, corresponsal de la Voz de América en Ecuador, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Lo que genera preocupación es el grado de violencia empelado. La cifra de personas que han sido asesinadas es mucho menor que la matanza que ocurrió hace dos meses, pero realmente lo que preocupa es el grado de violencia. Incluso, el ministro del Interior, Patricio Carrillo, se ha referido en las últimas horas a lo que ha sucedido. Hay que decir que anteriormente en Ecuador, las cárceles se conocían como centro de rehabilitación social, esos centros de rehabilitación ha sido minada por la falta de presupuesto, y ahora son conocidos como centros de privación de libertad”, dijo Aguilera.
El periodista manifestó que al parecer lo que ha ocurrido, se trata de un ajuste de cuentas entre organizaciones criminales que buscan tener el control absoluto de las cárceles en Ecuador.
“Si bien es cierto que se trataba de una cárcel pequeña, genera mucha preocupación lo sucedido”, agregó.
El reportero también enfatizó que cuando se destaca el grado de violencia, es porque las personas fueron descuartizadas.
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“El ministro del Interior, afirmó por su cuenta Twitter que se están desarrollando las investigaciones y va a tomar algún tiempo el poder identificar los restos de los cadáveres encontrados. Hasta ahora, se han identificado 45 partes, que corresponden a 12 cuerpos”, explicó.
Finalmente, destacó que los episodios de violencia más fuertes comenzaron a producirse hace dos años, durante el gobierno de Lenin Moreno.
“Antes se producían, pero no en el grado de violencia que vemos ahora. Estamos hablando que en dos años 400 personas han perdido la vida siendo asesinadas en las cárceles de Ecuador. Hay que decir que esto tiene relación con la disputa entre organizaciones, que de acuerdo a expertos en seguridad, están pasando de ser bandas para convertirse en microcarteles de la droga”, puntualizó.