El Departamento de Justicia de Estados Unidos no ha encontrado pruebas que respalden las acusaciones de fraude generalizado que podrían haber cambiado el resultado de las elecciones presidenciales de ese país del mes pasado, dijo el secretario de Justicia William Barr.
La respuesta no se hizo esperar y la campaña del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, desautorizó este martes al Fiscal General William Barr: “con debido respeto al Fiscal General, no ha habido nada parecido a una investigación del Departamento de Justicia”, apuntaron los jefes legales de la campaña de Trump Rudy Giuliani y Jenna Ellis.
La periodista de El Confidencial en la ciudad de Nueva York, Luján Artola, abordó el tema en el programa Día a Día conducido por César Miguel Rondón.
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“Dentro de todo este lío, ha sido un duro golpe para el presidente saliente. La administración Trump tenía su propio relato en caso de perder las elecciones. La idea es impugnar los comicios, pero no les ha ido nada bien. Lo que hizo William Barr fue dar un golpe sobre la mesa para decir que las denuncias se acabaron y así poner fin a la estrategia de Trump. Ha habido más de 40 demandas sin una prueba sustentable de que hubo fraude. Lo que dijo Barr es que no se puede seguir con las acusaciones de fraude porque se está yendo demasiado lejos”, explicó Artola.
Lo más notable es que Barr era una de las personas más allegadas al presidente Trump y uno de sus principales aliados. Sin embargo, hemos visto cómo muchas personas han marcado distancia del presidente saliente.
“Estoy convencida de que a Trump no le ha dado gracia lo que dijo el Fiscal General. Barr es una de las personas de su confianza y ostenta uno de los cargos más altos de su administración del cual depende el FBI. Barr se ha desmarcado de la línea del presidente y ha sido un golpe muy duro para Trump. También vimos que la persona encargada del recuento de votos en Georgia dijo que las denuncias de fraude están yendo demasiado lejos. Lo que está detrás de estas tácticas populistas es crear en la ciudadanía una permanente desconfianza a las instituciones. Es decir, que la gente no crea en los periodistas, en los jueces, ni en los fiscales, porque todo está corrompido. Ese es el daño que ha hecho la polarización porque un sector de la población cree que todo en los Estados Unidos es corrupto”, agregó la periodista.