Este lunes, se cumplieron tres años del inicio de las protestas sociales en Nicaragua que se produjeron luego de la violenta y represiva respuesta del Estado a un reclamo encabezado por adultos mayores contra las reformas al sistema de seguridad social y que desembocó, un día después, en una serie de manifestaciones contra el mandato del presidente Daniel Ortega. El Gobierno sandinista calificó el hecho de intento de golpe de Estado.
La represión a las protestas dejó cientos de muertos y detenidos además de miles de desplazados. Tres años después los familiares de las víctimas de la presión estatal mantienen intacta la demanda de justicia y se preparan para el resultado de las elecciones presidenciales del 7 de noviembre, en un contexto que sólo parece haber empeorado ante nuevas medidas legales y operativas puestas en marcha por el Gobierno para impedir cualquier tipo de manifestación popular.
El periodista Eliud Garmendia, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Tres años después lo que hay es un régimen que se mantine por la vía de las armas, por el apoyo del ejército y la policía. Lo que vemos en las calles es un estado policial. La aparente calma de la ciudadanía reposa sobre las víctimas de la represión. El régimen de Ortega no ha dado ningún síntoma de apertura o cambio, en todo momento se ha mantenido a la fuerza”, dijo el periodista.
Las manifestaciones fueron con tanta fuerza y con tal vigor, que se llegó a pensar que podrían forzar la salida de Ortega.
“Lo que hizo que se apagaran las protestas fue el temor de la gente de ser asesinadas. No puede haber ningún tipo de protestas, porque en cuestión de minutos llega una patrulla para meter preso a los protestantes o desaparecerlos”, agregó Garmendia.
El reportero comentó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha establecido la cifra entre 128 fallecidos a manos de policías o paramilitares. “No obstante, hay algunas cifras que hablan entre 500 y 800 fallecidos. Todavía no se conocen cuántas personas fallecieron en las protestas”.
En cuanto a los desaparecidos, Garmendia señaló que oficialmente en Nicaragua no hay cifras exactas de la crisis política. “Ellos solo manejan unos posibles muertos de los manifestantes a los policías. Es decir, han pasado de victimarios a víctimas. Dicen que han sufrido un intento de golpe de Estado”, añadió.
Durante las manifestaciones pudimos observar un grupo de civiles, denominados paramilitares, que atacaban a los manifestantes.
“Los grupos paramilitares operan al amparo de la policía y al margen de la ley. Siempre hay amenazas, porque llegan a la casa de opositores para amedrentar. Muchas personas dicen que estos grupos se les ha salido de las manos a Ortega”, explicó Garmendia.
Para el periodista, la oposición en Nicaragua está muy dividida. “Los adversarios de Ortega no logran ponerse de acuerdo. Estamos en puertas de las elecciones presidenciales y todavía no hay un candidato único. Todas las voces indican que con un candidato único se le puede ganar a Ortega, pero la oposición no tiene una causa común”, puntualizó.
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