El Caribe también puede ser un infierno. En su punto más austral, en el Golfo de Urabá, vive ese Caribe cruel. En una selva que traga sueños y almas. El Tapón del Darién, como se lo conoce, es el único punto en el que se interrumpe la ruta Panamericana que atraviesa el continente de norte a sur.
Hoy, esa jungla es considerada una de las rutas migratorias irregulares más peligrosas del mundo. Se extiende en la frontera entre Colombia y Panamá y comprende 5000 kilómetros cuadrados.
Carolina Amoroso, periodista y conductora de Todo Noticias en Argentina, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Tengo una obsesión vital con los destierros. De hecho, vengo de haber cubierto el inicio de la invasión rusa a Ucrania, y también el ángulo que elegí esa historia fue el destierro. La historia del tapón del Darién viene obsesionándome hace algunos años después de escuchar historias de muchísimos migrantes entre ellos cubanos y venezolanos, que lo dejaron todo incluyendo su vida, para tratar de vivir el sueño americano, pero que se convierte en una pesadilla cuando caen en esto que es una verdadera trampa. La ruta del tapón del Darién. Caen en esta trampa empujados por la pobreza, la falta de libertades y la xenofobia de la que son víctimas. Eso es lo que terminan sucediendo, la gente arrojada a los tiburones, porque está la jungla per se y la jungla humana, que tiene el negocio del aprovechamiento de la desesperación humana, y que es tanto o más peligroso que la propia selva”, dijo Amoroso.
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La periodista señaló que las personas que llegan al Darién, toman una lancha que atraviesa el mar y los llevan a la localidad de Capurganá.
“Para cualquier persona, ya sea jurista, periodista o de cualquier profesión, constaba alrededor de 25 dólares, para los migrantes cuesta 50 dólares. Llegan a Capurganá y todo ese territorio está controlado por lo que se denominan las autodefensas de Colombia, mejor conocido como el Clan del Golfo. Ellos son la ley. Ese es un secreto a voces y controlan todos los negocios, incluido la migración. De allí los llevan a un albergue que es un terreno baldío, y se encuentran con los guías, que no quieren ser llamados coyotes. Los migrantes se pueden encontrar con un escenario donde tienen que volver a pagar, o los guías avanzan sin contemplación alguna. Estas personas quedan a merced de todo tipo de inclemencia”, agregó.
La reportera también destacó que otros de los factores son los grupos criminales que operan en el lugar.
“Hay muchos testimonios que hablan de crímenes muy violentos, asaltos sexuales, entre otros. Esto es un territorio fértil para todo tipo de abusos, del aprovechamiento y de la deshumanización”, añadió.
En sus reportajes, Amoroso afirmó que la mayoría de los migrantes son venezolanos.
“La muestra de la gente con la que hablé no representa una estadística, habría que ver más los desgloses de los datos oficiales, pero 8 de cada 10 personas con las que hablé eran venezolanos. También hay cubanos y haitianos”, enfatizó.
Finalmente, Amoroso destacó que hubo muchas frases que le dolieron.
“El Darién es el peor secreto de América Latina. Expone tanto a nuestras dirigencias y nuestras vergüenzas. Un haitiano que viajaba con su pequeño de 17 meses, dijo que tenía miedo, pero que la vida de los pobres es así. Otra de las frases me marcó es que Venezuela se había acabado”, puntualizó.