Una delegación estadounidense voló el día de ayer de sorpresa a la ciudad de Caracas pese a que las relaciones diplomáticas entre ambos países sigan rotas desde hace tres años. El viaje fue confirmado por fuentes de The New York Times y por fuentes políticas en la capital venezolana.
Según las fuentes que confirmaron el viaje, la reunión fue para conversar sobre la libertad de los seis directivos estadounidenses de CITGO y un supuesto interés de EE.UU. de sustituir parte del petróleo de Rusia con el de Venezuela.
La iniciativa propuesta por la administración de Biden, contemplaría la introducción de medidas para relajar sanciones internacionales a Venezuela, dando a Caracas, además, opciones para recuperar su producción petrolera en un contexto global de volatilidad y precios récord. Con la tentadora iniciativa, Estados Unidos mueve sus fichas para intentar mitigar la influencia geopolítica de Rusia entre sus aliados latinoamericanos.
Francisco Monaldi, economista y Ph.D. en economía política, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“La visita de la delegación del gobierno de Estados Unidos a Nicolás Maduro fue inesperada para los que seguimos la relación de ambos países. Hasta ahora, había mucha renuencia por parte de las autoridades americanas a conversar sobre este tema, excepto a que Nicolás Maduro se sentara a negociar y ofreciera algún tipo de concesiones. Aunque no sabemos exactamente lo que se discutió, todo indica que uno de los temas centrales fue la posible autorización para que Venezuela exporte petróleo a los Estados Unidos. Eso es porque la administración Biden está tremendamente preocupada por los efectos que está teniendo la situación por el conflicto en Rusia. Los barriles de petróleo rusos están desapareciendo del mercado y el precio del crudo se disparará, lo que afectará a los ciudadanos americanos. Esa es la consideración, algo que no se hubieran planteado hace tres semanas”, dijo Monaldi.
Las intenciones del gobierno de Biden se entienden por la desesperación de frenar la inflación y el incremento de la gasolina y el precio de la energía. No obstante, desde hace varios años Venezuela dejó de ser una potencia exportadora de petróleo. De hecho, hace unos años se llegó a decir que el chavismo había acabado con la Venezuela petrolera. Pdvsa tiene una producción mínima en estos momentos.
“Venezuela produce alrededor de 750.000 barriles diarios de petróleo. Eso es solo una fracción de los más de 3 millones de barriles que llegó a producir. Suponiendo que se levantaran completamente las sanciones, es muy poco lo que Venezuela pueda agregar el mercado, quizás podría aumentar la producción en unos 100.000 barriles. Eso no es nada, comparado con los 11 millones de barriles que produce Rusia y los 7 millones que exporta”, agregó.
Para Monaldi no tiene ninguna lógica creer que Venezuela pueda contribuir a solucionar el problema del mercado mundial petrolero.
“Venezuela es un actor irrelevante. La única lógica que pudiera tener, es que los barriles que Venezuela dejó de enviar a los Estados Unidos, que era medio millón hasta el año 2018, vuelvan a llegar en el corto plazo”, acotó.
Por medio están las sanciones que Estados Unidos impuso al régimen de Maduro. Asimismo, la Casa Blanca no reconoce a Maduro como el presidente, ya que desde el 2019, reconocen al gobierno interino presidido por Juan Guaidó, como el gobierno legítimo de Venezuela.
Asimismo, la administración Biden estaría negociando con uno de los principales aliados de Putin, ya que Maduro fue enfático en decir que apoyaba a Rusia y además, hace unas semanas, el vicecanciller ruso, afirmó que no descartaban colocar bases y armas ofensivas rusas en Venezuela y Cuba.
“Maduro estuvo totalmente alineado con Rusia, pero Estados Unidos está viendo mucho más allá del tema netamente petrolero, están viendo la idea de que Venezuela ya no siga alineada con Rusia. Le están poniendo una zanahoria muy grande a Maduro para separar a Venezuela de Rusia”, destacó.
Monaldi señaló que en política las percepciones son importantes, y de llegar a un acuerdo con el gobierno venezolano, podría crear la percepción de que la administración Biden está haciendo lo posible para frenar el aumento del precio de la gasolina.
“Se está empezando a hablar de prohibir la importación de petróleo ruso a los Estados Unidos y podría haber otras medidas similares. Si eso se materializara el precio del petróleo podría dispararse a niveles de 200 dólares el barril”, agregó.
Finalmente, Monaldi señaló que el galón de gasolina podría incrementarse por encima de los 8 dólares.
“No creo que el escenario sea tan catastrófico, porque la capacidad de la industria petrolera mundial de adaptarse es alta. Pero una disrupción de esta magnitud es muy difícil de asimilar. Hay varias soluciones, pero requieren de negociaciones políticas o inversión”, puntualizó.
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