FA/CMR
El odio es una siembra peligrosa, sus retoños son incontrolables y se multiplican sin lÃmites como una verdadera plaga que puede barrer terrenos enteros.
Nos asomamos estos dÃas a la prensa, las redes sociales y la tv, con estupor. Se asume como normal que haya tiroteos en las escuelas y los maestros se entrenen con las mismas armas que podrÃan usar contra ellos. Escuelas como campo de batalla.
También hay normalidad en el hecho de que un expresidente rompa con las normas y leyes y tome para sà documentos que le pertenecen al Estado, aun si se trata supuestamente de información clasificada.Â
Parece incorrecto lo correcto. Recurrir al cumplimiento de la ley. Tratar de recuperar esos documentos, aunque eso signifique allanar la residencia del expresidente en cuestión.Â
¿Es correcto que horas más tarde, tras el allanamiento, uno de los ex asesores de la administración pasada, haya hecho público los nombres de quienes firmaron la orden y los de sus familiares con datos que incluyen los perfiles de sus hijos en las redes sociales?Â
¿ Es saludable normalidad que en la red del expresidente, en los foros de MAGA, QAnon y los canales de Telegram se hable de guerra civil o de revolución armada?Â
Las palabras dichas son dardos, acertar o fallar, tiene consecuencias.Â
Nada más el viernes pasado un hombre armado, Ricky Schiffer, intentó ingresar a la oficina del FBI en Cincinnati y murió después de un enfrentamiento con las autoridades. En la cuenta de Schiffer en Truth Social, sus palabras anticipaban sus acciones, habÃa hecho referencia a su intento de asaltar una oficina del FBI, y alentaba a otros a prepararse para una guerra revolucionaria.
¿Puede ser natural que en un acto de una convención conservadora se victimice a quienes intentaron dar un golpe de Estado con violencia, con heridos y fallecidos, para evitar la transferencia constitucional de mando de la Presidencia?
Que en la madrugada de ayer, un hombre estrellara su vehÃculo, tras encenderlo en fuego, contra una barricada del Capitolio, se lanzara a disparar de manera indiscriminada y se quitara la vida allà mismo. ¿Puede considerarse algo habitual?
Las palabras siempre han sido verdaderas armas, no importa si son falsas o verdaderas, tienen la potestad de hacer daño.Ganan fuerza y capacidad de sugestión dependiendo del medio que se use para hacerlas llegar, medio que también agrega mensaje al mensaje. ¿lo que se dice es popular, tiene likes? ¿es, acaso, el odio, algo viral?
Con las redes sociales, las palabras tienen ahora más que nunca, la capacidad de sustituir los hechos, y de reproducirse en foros, conversaciones, chats telefónicos, ahora pueden contagiarse como una enfermedad.Â
Que sea el odio y la violencia la que nos hable, que sea con las palabras que lo siembran, es como volver del futuro. Una advertencia.Â