La nutrigenómica también es denominada genómica nutricional, y es la parte de la ciencia que estudia la interacción de los alimentos con el genoma. Esta rama estudia de qué manera los nutrientes y otros componentes de los alimentos interaccionan o incluso modulan el material genético. De tal forma que al hacer una interpretación determinada del material genético, los distintos tipos de dietas podrían desembocar en distintos resultados, sin olvidar la variabilidad individual.
En la actualidad, las líneas generales de investigación de nutrigenómica que más peso tienen son aquellas que trabajan en prevenir la obesidad, así como enfermedades de carácter cardiovascular.
Michelle Peiret, nutricionista certificada por el Instituto español de Nutrigenómica, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Nutrigenómica es una rama especializada en evaluar en genoma humano individual y en cómo nos puede afectar la alimentación a nivel genético, contaminación ambiental, la parte emocional, el sedentarismo, y todo lo que conlleva la actividad de una persona en su día a día. Todo eso suma y genera una condición, un estilo de vida u alguna enfermedad”, dijo Pieret.
La experta señaló que lo primero que se hace es una evaluación, dependiendo del historial de la persona.
“De allí en adelante se le realiza un estudio epigenético que es con cuatro folículos del cabello y vamos a saber cuáles son todas las deficiencias de la personas y a cuáles enfermedades es más propenso, sino atacamos toda la carencia nutricional que el paciente tiene para ese momento”, agregó.
Un ejemplo es que una persona que tenga 20 años sufriendo de migrañas, ha tenido que usar medicación y tener un tratamiento extenso.
“En el estudio evaluamos si la persona tiene acumulación de metales pesados, químicos, acumulación de radiación en el cuerpo, y la deficiencia nutricional que pueda tener. También se evalúa su salud cerebral y toda la parte genética. De allí en adelante, con la alimentación, logramos revertir las patologías de las personas”, expuso.
Pieret también afirmó que lo primero que hay que hacer es hacer un proceso regenerativo y cambiar el ambiente de los organismos de las personas.
“Uno más que lo que come, es lo que absorbe. Es importante bajar los niveles de inflamación, reforzar los niveles inmunológicos, hidratar el cuerpo y hacer un proceso regenerativo a nivel celular”, sentenció.
Para la nutricionista, el estómago es el segundo cerebro del cuerpo.
“El 70% del rendimiento cerebral depende del intestino. El cerebro es el órgano que más energía consume. Si tenemos un hígado que no funciona bien, nuestro intestino tampoco”, añadió.
Finalmente, Pieret comentó que un cuerpo con muchas toxinas es el reflejo de una persona que no ha tenido un estilo de vida adecuado, que ha sido muy sedentaria y ha consumido muchos medicamentos.
“Una persona con esas características padecerá un estrés oxidativo, que quiere decir un envejecimiento a nivel celular”, puntualizó.
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