En su editorial del 24 de julio, César Miguel Rondón aborda la represión que sufrieron los pensionados venezolanos el pasado jueves, quienes manifestaban por un incremento de sus pensioens.
No podemos aceptar que a los venezolanos se nos siga tratando como ciudadanos de tercera, que se pueda destruir la red que nos permite subsistir, el trabajo, la salud, la seguridad. No debemos aceptar que sea normal no poder ni siquiera manifestar pues es culpa de quien lo hace que sea golpeado o vejado por las fuerzas del poder.
No tenemos porque respirar hondo y callarnos cuando de regreso al paÃs,en vuelo humanitario, después del confinamiento obligado en Madrid o cualquier otro sitio de España, se nos vapulea, manipula, veja, al atravesar inmigración en nuestro propio paÃs.
No es posible que sigamos siendo testigos tristes de golpes a abuelos y abuelas hambrientas
que se concentran con pancartas para exigir un pago justo que no les haga morir de hambre
ahora cuando su tiempo mengua.
¿Cómo puede alguien vivir en Venezuela con menos de 2 dólares al mes, cuando no le alcanza siquiera para comer?
¿Cuántas veces será válido el atropello, la siembra del terror para no poder siquiera defender¿ a los nuestros?
Todos compartimos una única suerte, y le digo, suerte, somos venezolanos. Podemos hacer la diferencia para que esa suerte deje de ser un infortunio para todos.No lo aceptes más