El tema del Día Internacional de la Mujer de este 2022 es la “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, buscando reconocer la contribución de las mujeres y las niñas de todo el mundo, que están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todas las personas.
No podemos olvidar que las mujeres son más vulnerables al impacto del cambio climático que los hombres, ya que constituyen la mayoría de la población pobre del mundo y son más dependientes de los recursos naturales que están bajo la amenaza del cambio climático.
Según el PNUD, las mujeres, las niñas y los niños tienen 14 veces más probabilidades que los hombres de morir en un desastre climático.
Según WeForum: “Los impactos negativos del cambio climático afectan desproporcionadamente a mujeres y niñas, especialmente en el sur global. Esto no se debe a la vulnerabilidad inherente, sino al resultado de las desigualdades de género en los ámbitos político, social y económico que se cruzan con otros ejes de desventaja social, como la raza, la sexualidad, la identidad de género y la condición de discapacidad. Por ejemplo, durante y después de los eventos relacionados con el clima, las mujeres y las niñas están más expuestas a la violencia de género, y es menos probable que las niñas continúen su educación que los niños.
El Fondo Malala estima que en 2021, los eventos relacionados con el clima impedirán que al menos cuatro millones de niñas en países en desarrollo terminen su educación. Cuando se trata de empleo, es más probable que las mujeres de los países en desarrollo trabajen en el sector informal, lo que hace que sus medios de vida sean más vulnerables a las crisis económicas y ambientales”.
Si bien las mujeres, especialmente las mujeres indígenas y las mujeres del sur global, lideran la acción y el activismo climáticos de primera línea, están subrepresentadas en la toma de decisiones ambientales en todos los niveles.
ONU Mujeres estima que, en la práctica, el 64 % de las mujeres en todo el mundo no tienen los mismos derechos sobre la tierra que los hombres.
Las medidas políticas sensibles al género pueden ayudar a superar estas barreras sistémicas. La reforma de la tenencia de la tierra puede apoyar los derechos de propiedad, herencia y uso de la tierra de las mujeres, por ejemplo, al exigir que el registro de la tierra por parte de las parejas incluya ambos nombres.
Las políticas como las cuotas de género pueden apoyar la progresión profesional de las mujeres en las instituciones ambientales.
La inversión en servicios sociales, especialmente el cuidado de los niños, puede aligerar la carga del trabajo doméstico no remunerado de las mujeres, al igual que las políticas laborales flexibles y la licencia parental remunerada.
Garantizar el acceso a una educación de calidad para las niñas también es un camino clave para la paridad de género en el liderazgo climático.Un estudio de 2019 encontró que los parlamentos nacionales con más mujeres aprueban políticas climáticas más estrictas.
Cuando se integra a las mujeres en esa tarea, la visión es más integradora e inclusiva y el resultado nos alcanza a todos.
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