El carácter represivo de Nicolás Maduro es más notable cada día. El jefe del régimen venezolano no admite ningún tipo de manifestación. Este jueves, un nutrido grupo de jubilados y pensionados marcharon por el centro de Caracas para exigir una pensión justa, que hoy en día en Venezuela no llega a los dos dólares.
A pesar de tratarse de personas de la tercera edad, la protesta de jubilados y pensionados fue reprimida por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y civiles conocidos como colectivos.
Varios abuelos fueron derribados al piso por los uniformados. Los periodistas que intentaron hacer la cobertura de los hechos también fueron agredidos y hubo varios detenidos, entre ellos Carlos Julio Rojas, coordinador del Frente de Defensa del Norte de Caracas y Juan Ovalles, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados del Metro de Caracas.
La periodista Stenif Olivares, quien estuvo cubriendo la protesta y fue una de las agredidas, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
«Era una pequeña manifestación de unos 50 abuelos. Una protesta de jubilados y pensionados que entregaron un documento para solicitar una pensión digna. La pensión actual en Venezuela es de 1.60 dólares. Ellos están exigiendo una pensión que les permita alimentarse y poder comprar sus medicinas. Llegaron a la sede del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Inmediatamente llegó un contingente de la GNB, argumentando que por el tema de la pandemia no podían estar ahí. Comenzó la discusión y se les pidió a los abuelos que se movieran a la Plaza de la Moneda y así lo hicieron, pero cuando estaban a punto de dar declaraciones a los medios de comunicación, llegó un grupo de colectivos y comenzaron a acusar de que se estaba realizando un show mediático. En el momento de que los pensionados comenzaron a desplegar una bandera de Venezuela, comenzó la represión violenta. La GNB les arrebató la bandera, los empujaron, muchos terminaron en el suelo. Los uniformados ni siquiera tuvieron el gesto de ayudarlos. Durante el acontecimiento, la GNB aprovechó para detener a Carlos Julio Rojas. Cuando tratamos de registrar la detención, también apresan al camarógrafo que labora conmigo. Trato de acercarme, pero los guardias y los colectivos me rodean, recibo un golpe en el hombro derecho. Los guardias me decían que no podía grabar. Entre tantos gritos liberan al camarógrafo y tuvimos que huir. Los mismos abuelos nos escoltaron hasta el carro», relató Olivares.
El régimen ya ha pasado a la etapa de reprimir sin ningún tipo de limitación. No importa si son abuelos, mujeres o niños.
«Era una protestas de abuelos. Ni queriendo estas personas tenían fuerzas para generar violencia. Lloré mucho, por la indignación de ver a personas de la tercera edad en esta situación. Incluso a muchos se les evidenciaba que tenían mala alimentación y que padecen hambre. Había una señora muy pálida del hambre. Pudimos escuchar las conversaciones que tenían sobre que no habían podido comer o que comieron solamente arroz. Los abuelos no tenían ni fuerza para gritar», agregó la periodista
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