Mi último delirio es un monólogo, creado bajo la asesoría de la historiadora venezolana Inés Quintero, usando como principal herramienta narrativa una cuidadosa selección de las cartas y documentos escritos por el propio Bolívar y sus allegados. Después de grandes éxitos de crítica y público representando al psiquiatra Edmundo Chirinos, Héctor Manrique asume un nuevo reto actoral, llevar a escena al Simón Bolívar hombre, en la última etapa de su vida.
Manrique amplió la información de la obra en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En este caso también vamos con un delirio, pero del libertador Simón Bolívar. En ambos espectáculos tenemos una dramaturgia vivencial. Todo lo que decía en la obra Sangre en el Diván, lo había hecho el doctor chirinos, todo lo que diga en el escenario esta vez, lo dijo Simón Bolívar. Podemos decir incluso, que el autor de la obra es el libertador”, dijo Manrique.
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El actor señaló que la idea del espectáculo surge a raíz de una invitación que hace Inés Quintero el año pasado.
“La idea era armas un espectáculo en la Quinta Anauco, y eran cartas de María Antonia Bolívar, Simón Bolívar, Juan Germán Roscio, José María Vargas y del Marques del Toro. De verdad que fue un espectáculo muy potente. Hicimos un montaje, el público iba pasando por las habitaciones y se encontraba a estos personajes. Todo el mundo decía que era una ficción, pero todo lo que estaban escuchando, lo habían escrito estos personajes. Luego le dije a Inés para armar un espectáculo donde todo lo que diga el libertador haya sido escrito por él y dicho por él. Lo que pasa con Bolívar es que creemos que lo conocemos tanto porque todo el día lo están nombrando, pero creo que lo ignoran demasiado”, agregó.
Manrique manifestó que hay varias cartas de Bolívar donde obsesivamente hablaba de la unión.
“Vemos unas cartas donde dice que tenían que unirse, pero vemos otras cartas donde hablaba mal de todo el mundo. Me recuerda incluso a la gente de la oposición venezolana, que todos dicen que hay que unirse, pero hablan mal de ellos mismos”, añadió.
Finalmente, Manrique destacó que han ubicado a Bolívar en su última hora y media de vida.
“Se sabía que el Libertador en sus últimos días se le escuchaba a hablar solo y delirar. Estos delirios los he trabajado como evocaciones. Hemos ido tomando sus cartas con su hermana María Antonia, que era su especie de obsesión por la cotidianidad. Había cartas donde se molestaba”, puntualizó.