80% de los venezolanos quiere cambio de gobierno, rechaza a Nicolás Maduro y, por supuesto, está de acuerdo con cualquier propuesta para producir negociaciones que terminen en una elección presidencial transparente, como la planteada ayer por Juan Guaidó y respaldada por el gobierno de Estados Unidos.
El problema central es que la probabilidad de que ese acuerdo se concrete de manera integral depende fundamentalmente del poder de negociación que tengan las partes para presionar al otro a ceder lo que busca.
Solo si la oposición tuviera la fuerza suficiente para presionar a Maduro a salir del poder (lo que ocurriría inevitablemente si se presenta en una elección presidencial transparente y observada internacionalmente) esa propuesta podría avanzar. No obstante, la realidad es que la fuerza opositora no es suficiente para amenazar de manera creíble la estabilidad de Maduro en este momento.
Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Era predecible, pero no sabíamos cuando, pero era imposible mantener el juego congelado en una situación como la venezolana. Había muchos meses donde no estaba pasando nada en el plano político, más allá del deterioro permanente del país. Lo que terminó ocurriendo es que las partes comienzan a buscar salidas”, indicó León.
Para León, los movimientos que se están dando en el escenario político es “la respuesta a una rebelión interna dentro de la oposición. Es una rebelión interesante, porque no es de ataques mediáticos, sino que un sector de la oposición piensa que valía la pena hacer algo distinto y comenzó una negociación con quien consideró que había que negociar. Por ejemplo, en un secuestro hay que negociar con el secuestrador”, agregó.
El analista explicó que esa negociación ha surtido efecto para lograr cosas distintas. “Han nombrado a un Consejo Nacional Electoral atípico y eso revolvió el panorama político venezolano”.
La respuesta de Nicolás Maduro al llamado de Juan Guaidó de negociar y de llegar al punto de encuentro del “Acuerdo de Salvación Nacional”, fue cínica y con menosprecio. “Intégrate a las negociaciones que ya se están dando, pero sin creerte un presidente que nadie eligió”, dijo el jefe del régimen venezolano.
“Dado que el proceso de negociación del nuevo CNE y otorgar la medida de casa por cárcel a los directivos de Citgo, ocurre en un proceso en el que no participa la oposición institucional, la respuesta del gobierno interino fue inmediata para rescatar protagonismo que había perdido en ese proceso”, destacó León.
Para el analista, el movimiento de Guaidó representa un cambio de su estrategia. “Hace unos días el gobierno interino se había negado rotundamente a negociar con Maduro, pero no lo reconoce. Su tesis era que como Maduro no es legítimo, tampoco existe. No obstante, una cosa es que no sea legítimo, pero otra cosa es aceptar su control del territorio y que hay que negociar con él para rescatar ciertos aspectos básicos en Venezuela”, señaló.
León destacó que la negociación de otros actores de la oposición ejerció mayor presión sobre Guaidó y por ello la negociación política vuelve a estar sobre la mesa.
La propuesta de Guaidó implica el alivio de las sanciones y de inmediato recibió el espaldarazo de James Story.
“El alivio de las sanciones hará que el régimen de Maduro se siente en la mesa. El gobierno venezolano no es el que no se sienta. Quién sabe si para es la oposición porque la negociaciones se trancan y no pueden avanzar, porque su objetivo siempre ha sido todo o nada. La oposición siempre se sienta para negociar la salida de Maduro. No obstante, hay que ser claro que las sanciones no son suficientes para que Maduro entregue su cabeza en una elección presidencial”, añadió.
Para León el alivio de las sanciones funcionará para que Maduro flexibilice posturas. “Hay que tener claro, que no hay una negociación en la que la oposición gane y Maduro pierda. Maduro no está contra las cuerdas y no tiene una amenaza creíble, pero si tiene algunos problemas de dinero y de reconocimiento. No dará su cabeza, pero si dará presos políticos, elecciones legítimas y un nuevo CNE”, añadió.
Desde la otra acera, León considera que la oposición está en una posición que requiere avanzar en el juego político. “De lo contrario, la oposición se condenaría a la irrelevancia. Maduro solo tiene 11% de aceptación popular, pero Guadó tiene 15%, porque la gente perdió las esperanzas de que sus acciones produzcan un cambio de gobierno. Si la oposición se queda en la estrategia, seguirá perdiendo respaldo dentro y fuera de Venezuela”, puntualizó.
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