«Los venezolanos están en modo de sobrevivencia buscando cubrir sus necesidades básicas en medio del COVID-19»

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas ha advertido que la mayoría de los tests que se realizan en Venezuela son pruebas rápidas y poco fiables. Además afirmaron que el número real de infectados por COVID-19  podría ser muy superior al reportado por las autoridades.

El doctor José Félix Oletta, Ex ministro de salud y miembro de la red Defendamos la Epidemiología, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.

«En varias oportunidades he dicho que la información oficial solo nos refleja la punta del iceberg. Estamos viendo solo una parte de la realidad. No solamente por la opacidad y la falta de transparencia de los voceros oficiales, sino también porque la enfermedad tiene unas características particulares. Muchos pacientes pasan desapercibidos porque son asintomáticos o pre sintomáticos. Algunos casos se confunden con enfermedades infecciosas diferentes. La gran mayoría de los pacientes tiene un curso de enfermedad corto. Sin embargo, la realidad es que mientras el sistema de salud no ofrece la información apropiada, los ciudadanos no conocen los riesgos reales y no participan activamente», expresó el doctor.

El régimen de Maduro había informado que todo estaba bajo control y que el sistema de salud estaba preparado para enfrentar la crisis sanitaria del COVID-19. Sin embargo, los hechos demuestran lo contrario. Hay reportes de que los principales hospitales del país están colapsados, carecen los implementos básicos de protección, y el mismo Nicolás Maduro anunció que se iba a instalar un hospital improvisado en el Poliedro de Caracas.

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«La centralización de las pruebas de COVID-19 en un solo laboratorio, significa una falla muy importante para poder llevarle el pulso a la epidemia. También es una conducta muy torpe. Llegará el momento en que con o sin pruebas, el volumen de casos será tan importante que no habrá forma de ocultar el impacto de la epidemia en la población. Eso es lo que estamos pasando. El gobernador del estado Anzoátegui afirmó que el número de casos sospechosos era cinco o seis veces el número de casos reportados. Hay otro fenómeno que es el retraso de las cifras oficiales. He dicho en otras oportunidades que el gobierno trata la pandemia en diferido. Estamos viendo los casos que se produjeron dos semanas atrás», indicó Oletta.

Lo que se ha visto en los otros países, es que miden al virus por oleadas. Comienza un ascenso, se llega al pico, luego la maceta y posteriormente llega el descenso.

«Venezuela tuvo un comportamiento tardío como se puede apreciar, tal como le sucede a los países que están aislados. Venezuela estaba en la cola de los países sudamericanos  y durante cuatro meses tuvimos un crecimiento lento. Sin embargo, en los últimos 26 días se han multiplicado los casos. Estamos en la fase exponencial de ascenso de la enfermedad. Sabemos cuándo comienza, pero difícilmente sabemos cuándo termina. No hay un patrón igual de un país a otro. En nuestro caso, la debilidad del sistema de salud puede hacer que la onda epidémica sea más prolongada», expuso el epidemiólogo.

A pesar de estar en una cuarentena radical, vemos imágenes de ciudadanos aglomerados y realizando sus actividades comerciales.

«Existen enormes presiones de tipo social y económico. Nuestra población se ha empobrecido en los últimos cinco años y busca servicios para poder sobrevivir la emergencia compleja que antes teníamos y que se ha agravado de una manera sustancial con la pandemia del COVID-19. Los venezolanos están en modo supervivencia y están buscando los mecanismos para medianamente cubrir las necesidades básicas», agregó el especialista.

América Digital

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