En su editorial del 28 de julio, C茅sar Miguel Rond贸n destaca que en agosto de 2017, Maduro solicita a la Asamblea Nacional Constituyente Venezolana (ANC), que redacte una ley para regular y sancionar los mensajes de odio social que para Maduro eran los responsables de las protestas que se multiplicaban en el pa铆s.
En menos de tres meses estaba hecha a la medida de sus necesidades: Se trata de una mal llamada Ley Constitucional contra el odio, pues ni es constitucional ni fue realizada y votada en el Parlamento Nacional, leg铆tima instituci贸n apoyada en el voto popular, sino en la Asamblea Constituyente que fue creada por Maduro y sus c贸mplices como una fuerza paralela para servir de instrumento 芦cuasi legal禄 a la dictadura.
El presentador porsigue y explica que la legislaci贸n declara al pa铆s como un 鈥渢erritorio de paz, contrario a la guerra y la violencia en todas sus formas鈥. Establece que el Estado podr谩 ordenarle a los prestadores de servicios de radio, televisi贸n, por suscripci贸n y medios impresos, la difusi贸n de mensajes dirigidos a la 鈥減romoci贸n de la paz, la tolerancia, la igualdad鈥. Tambi茅n determina que el prestador de servicios que difunda mensajes 鈥渁 favor de la guerra o apolog铆a del odio鈥 ser谩 sancionado con la revocatoria de la concesi贸n.
Adicionalmente, la norma otorga responsabilidad a las personas jur铆dicas que administran
redes sociales y medios electr贸nicos por el cumplimiento de la ley y para evitar la difusi贸n de
mensajes que promuevan 鈥渓a guerra o inciten al odio nacional, racial, 茅tnico (鈥) o de cualquier
otra naturaleza que constituya incitaci贸n a la discriminaci贸n, la intolerancia o la violencia鈥.
Lo m谩s ins贸lito es que en ninguna parte de la ley se establece qu茅 es una manifestaci贸n de
odio o qui茅n determina que, en efecto, lo es. Al final es determinado de manera discrecional
por la autoridad administrativa, pero fundamentalmente, por los fiscales y los jueces.
Luego, Rond贸 cita al art铆culo de聽Alberto Barrera Tyzka 鈥漈eor铆a y pr谩ctica del odio鈥 publicado por el New York
Times, donde se refiere al caso del polit贸logo Nicmer Evans, separado del chavismo desde el
2013 y detenido con una orden de aprehensi贸n de un juez que lo acusa de promoci贸n o
incitaci贸n al odio, se帽ala.
芦Tampoco es una novedad. No se trata de un caso especial, aislado. Es parte de un sistema
que ha instrumentalizado el odio para poder ejercerlo con absoluta impunidad en contra de
cualquier disidencia o cr铆tica禄.
Como bien se帽ala, Barrera Tyzka: 鈥淯n instrumento legal que, en teor铆a, pudiera ser un
mecanismo ideal para regular la intolerancia, en la pr谩ctica se convierte en lo contrario: en
una forma eficaz para ejercer la violencia del Estado en contra de los ciudadanos鈥