Tomo como mías las palabras que escribió Soledad Morillo Belloso, en su artículo de opinión. “Ella, la verdad” para conectarlas con el giro hipócrita del régimen al asumir que Fernando Albán fue asesinado y que también lo fue Juan Pernalete.
“La razón de la sin razón no es la mejor razón, ni que la pinten de razón” dice Soledad.
El primero de mayo, Tareck William Saab, el fiscal de Maduro, declaró sobre el caso de Fernando Albán, que “En su momento se imputó el delito de quebrantamiento de normas de custodia. El MP solicitó la nulidad por observar violaciones de garantías constitucionales. Y siendo acordada dichas nulidades por el tribunal, la causa se retrotrajo hasta la fase de investigación”. Y entonces, admitió que Fernando Albán fue asesinado por agentes del Sebin y que:«El Ministerio Público solicitó orden de aprehensión contra los dos funcionarios del Sebin que lo custodiaban por los delitos de homicidio culposo, quebrantamiento de normas de custodia, agavillamiento y favorecimiento de fuga de detenido»
Pero ¿qué habia dicho Saab el 8 de octubre de 2018, el día del asesinato de Albán?
“El ciudadano solicitó ir al baño y allí se lanzó desde el décimo piso del edificio”. El domingo 14 de octubre, Saab acudió como invitado al programa de José Vicente Rangel, y entonces se refirió a una posible sala administrativa. “Albán está en una oficina. En un momento pide ir al baño y no va al baño, sino que decidió lanzarse al vacío”.
Como dice Soledad Morillo: “Pueden juguetear con las palabras, pararse frente a cámaras y micrófonos y pretender que antes no dijeron lo que sí dijeron. Pueden cambiar las versiones. Ajustar la narrativa. Ahí está la verdad, cruda, dura y simple, que siempre termina desplegándose”.
La familia de Albán rechazó las declaraciones, catalogó el comunicado como una farsa, “Este 1° de mayo de 2021, Saab, cómplice y encubridor de los delitos de detención arbitraria, desaparición forzada, tortura y ejecución extrajudicial del concejal Fernando Albán, presentó en rueda de prensa nueva información sobre el caso; con la única intención de confundir a la opinión pública y pretender engañar a la Corte Penal Internacional; haciendo creer que se está averiguando y enjuiciando los crímenes cometidos contra Fernando Albán y otras víctimas de la dictadura. La verdad es que, la familia del Concejal ha elevado el conocimiento del caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo ante el cual el régimen de Nicolas Maduro y su secuaz Tarek William se han negado a comparecer, al tiempo que se aportaron elementos de convicción ante la Comisión independiente de determinación de hechos sobre Venezuela de la Organización de las Naciones Unidas, que junto con la averiguación realizada por dicha comisión, permitió que ésta incluyera el caso del Concejal Albán dentro de su informe de septiembre de 2020, en el que se determinó que el régimen de Maduro comete sistemáticamente Crímenes de Lesa Humanidad.
Todo lo cual ha implicado que, paralelamente, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional avance en la investigación contra los altos funcionarios del régimen por la comisión de los referidos crímenes. Siendo esa la razón por la cual, ahora, dos años y medio después del asesinato, se monta un nuevo “show” mediático, agregando la supuesta investigación por el delito de homicidio “culposo”, es decir, sin intención…Tampoco se han verificado investigaciones contra la cadena de mando, el director del Sebin Gral. Gustavo González López ni el ministro Reverol, o la Juez Carol Padilla, que junto al seudo fiscal mintieron y encubrieron los delitos.
Sr. Saab, tal y como lo denunciamos formalmente ante la Defensoría del Pueblo en febrero de 2019, usted es un encubridor y cómplice de estos delitos, y esta nueva farsa no lo librará ni a usted ni a los esbirros del régimen de la justicia internacional que ya está en movimiento”
Como lo declara la familia de una de las víctimas claramente y lo recogen las palabras de Soledad: “Sí, ya sabemos. Cambio de estrategia. Para que el asunto se quede aquí. Para evadir eso a lo que tanto le temen, a las togas que no pueden controlar.
Aparece la palabra «culposo», cuasidelito. Cuando se usa junto a «homicidio» es algo así como fue sin querer. Excusa vana y banal para justificar lo injustificable. Hay culpables pero la responsabilidad del que ordena se pierde en una canción desafinada con un estribillo de yo no fui. Que pague el perejil que acató la orden que nunca fue dada por escrito.
Pero ahí está la sombra. Del dolor, del horror. Imposible de borrar, que no desaparece. Y esa sombra está en la memoria, en la conciencia de quienes nunca dejaron de saber la verdad, esa verdad que mil declaraciones, mil proclamas o mil sentencias no pueden cambiar. No es cierto que una mentira repetida se convierte en verdad. Una mentira siempre será una mentira, aunque la tapicen. Una verdad enterrada acabará saliendo de ese sepulcro. Porque las verdades son inmortales. No prescriben. No tienen fecha de vencimiento”.
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