En los cinco meses que lleva la guerra de Ucrania, han trascendido diversos testimonies. Desde los periodistas que cubren los combates en el mismo campo de batalla, ciudadanos movilizados, políticos, entre otros. Todos los testimonios han movido las fibras de cualquier persona.
Anastasia Rozuma, es una joven psicóloga de 23 años que escapó de Ucrania a dos meses de iniciada la guerra. Ahora está en Andalucía, al sur de España, donde hace un trabajo de apoyo psicológico para todos los que quedaron atrás.
Rozuma amplió la información en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Antes del 24 de febrero pensaba que la guerra era algo imposible, porque cómo iba a darse una guerra como esta en pleno siglo XXI. No obstante, después de esa fecha todo cambió. Cayeron bombas y hubo explosiones muy cerca de mi casa. Una vecina terminó muy afectada por estos estallidos, hasta que finalmente pude salir. Al salir, estuve viviendo en un refugio en España, y así finalmente pude llegar a Algeciras”, dijo Rozuma.
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Rozuma relata que actualmente está viviendo con una amiga de su madre, que ya tiene 20 años viviendo en Algeciras.
“Me ha dado cobijo. Actualmente trabajo como psicóloga en línea y solo atiendo a ucranianos, a cambio de donaciones. No tengo una tarifa establecida. Esto es lo que me permite vivir. No puedo tener una vida completamente independiente, pero me permite vivir”, apuntó.
La psicóloga señaló que ha atendido a gente fuera y dentro de Ucrania.
“Dentro de Ucrania he visto gente, sobre todo a muchos soldados que han participado en combates y batallas. Y los están afuera los atiendo por la situación de angustia que tienen, porque muchos creen que no van a poder regresar a Ucrania”, apuntó.
La experta manifestó que los principales problemas que reflejan los soldados ucranianos son problemas de salud mental y físico.
“Hay mucho estrés, mucha tensión y diversos temores. Temores a ruidos. Cualquier sonido puede producir un sobresalto. Hay problemas para conciliar el sueño. Hay problemas alimenticios, otros por el mismo estrés comen demasiado. Hay mucho miedo”, agregó.
La doctora también manifestó que los ucranianos fuera de Ucrania tienen mucho miedo por sus familiares que todavía están dentro del país.
“Ellos tienen una angustia recurrente, la culpa. Se sienten de alguna manera culpable”, acotó.
Finalmente, Rozuma destacó que como profesional le habla a los pacientes que tienen ese sentimiento de culpa, que no es culpa de ellos por estar rechazando la guerra o de pelear con un arma.
“No hay que sentirse culpables. Además es una acción heroica. Una manera eficaz de derrotar al enemigo que fue a matarte es permanecer vivo, teniendo la vida feliz”, puntualizó.