La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó que durante el tiempo de la pandemia del COVID-19, las sociedades están transitando por un momento de crisis de salud mental. Los especialistas atribuyen esta situación al exceso de estrés, que ha llevado a cuadros depresivos importantes y al exceso en el consumo de drogas y alcohol.
Los especialistas consideran que pasado el tiempo de la pandemia, podría prevalecer el cuadro crítico de salud mental.
El psiquiatra Rómulo Aponte, Premio Nacional de Psiquiatría en Venezuela, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En el caso particular del COVID-19, ataca el sistema respiratorio y también la psiquis. Las personas necesitan salir a la calle porque la gente requiere trabajar y se expone al virus. Las personas más expuestas son los ingenuos, que utilizan los mecanismos de negación para no sufrir la realidad, también están las personas que fueron niños sobreprotegidos y que aprendieron esquemas negativos sobre sus fortalezas y se consideran vulnerables. En este sentido, se disparan los niveles de ansiedad, de estrés, que genera consecuencias negativas y atacan los sistemas de defensa de los seres humanos”, indicó el especialista.
Durante este tiempo hemos visto conductas de todo tipo. Hace unos meses, en España hubo una manifestación convocada por Miguel Bosé para negar la existencia del virus.
“Eso significa que hay gente que no tolera el aislamiento ni las medidas de prevención, que están obligadas a tomarse por el COVID-19. Las personas que no lo toleran generalmente fueron niños abusados por padres autoritarios, que fueron víctimas de abuso sexual, que sufrieron abusos emocionales, esos niños que aprendieron esquemas de abuso, son ahora estos adultos rebeldes que no se someten a las normas de prevención y que no toleran el estar en casa. Realizan protestas que son de alto riesgo e irresponsables, que no corresponden a la realidad de la evaluación desde el punto de vista médico, sino que el desafío corresponde a sus propias complicaciones mentales”, explicó Aponte.
La OPS ha advertido que la crisis de la salud mental podría mantenerse incluso después que pase la pandemia del COVID-19.
“Mucha gente afectada por el virus ha perdido su trabajo, ha quedado en condiciones de pobreza, ha visto limitaciones en sus condiciones de vida. Hay muchas pérdidas humanas, materiales, de libertad y de relaciones interpersonales. Las pérdidas producen tristeza y muchas personas vulnerables pueden deprimirse. La depresión no se cura quitando las causas que la generaron. Esperemos que la vacuna contra el virus se produzca y todos estemos inmunizados, pero las secuelas psíquicas continúan y las secuelas de la ansiedad y el estrés pueden permanecer. Hay una condición psiquiátrica que puede permanecer que se llama el trastorno de estrés postraumático que tiene tres consecuencias: el recuerdo permanente de la tragedia, esos recuerdos e imágenes generan una reacción de ansiedad, y finalmente las personas pueden evitar tener cualquier tipo de contacto. Es decir no salen a trabajar y no quieren hablar con nadie”
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