La “migración inmóvil”: extrañar Venezuela viviendo en Venezuela. Para quienes no se fueron, el país ha cambiado tanto que es como si hubieran emigrado igual. Este es el concepto en torno al cual un antropólogo venezolano en España está organizando su investigación.
Los estudios migratorios históricamente han descrito a quienes no se mueven como sujetos que son “dejados atrás” o “sujetos pasivos”, frente a la categorización de los emigrados cuyos perfiles son descritos como “valientes” o “aventureros”.
La inmovilidad también supone un reto, una planificación colectiva y una capacidad de anteponerse a las dificultades que las circunstancias suponen. Reflexionando sobre las formas de permanecer frente al paisaje migratorio venezolano, fue que elaboré el concepto de “migración inmóvil”.
Manuel D’Hers Del Pozo, antropólogo graduado de la Universidad Central de Venezuela, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“La migración inmóvil es un concepto y una categoría de análisis con la que he tratado de dar inteligibilidad a los procesos migratorios que están ocurriendo en Venezuela desde el punto de vista de las personas que permanecen y de alguna manera la he definido en el contexto en el que se encuentra la población que sigue en Venezuela, y que se ve afectada por dos factores. El primero es la diáspora. El que permanece en el país se enfrenta al reto de la partida de sus entornos efectivos. Ya son siete millones de venezolanos que han migrado. Quienes se quedan en Venezuela tienen que sufrir desde un punto de vista material e inmaterial estas ausencias. Hay que entender que estas personas son padres, hermanos, amistades y conocidos. Esa ausencia son vividas de manera muy intensas. El segundo factor, es tema que todos los aspectos que motivaron el desplazamiento de estas personas, son condiciones que permanecen siendo enfrentadas por las personas que están en Venezuela. Los tiempos de crisis siguen siendo las mismas condiciones”, dijo D’Hers Del Pozo.
El especialista también señaló, que Venezuela ha cambiado para la persona que decidió quedarse.
“Ha cambiado de una manera tan profunda, que ha ocasionado que la construcción social de las realidades de las personas que permanecen en Venezuela sean concebidas como un entorno extraño y poco reconocible. Son personas que se tienen que enfrentar con miles de retos, ya sean políticos, sociales y culturales, que permutan de una manera muy acelerada que las capacidades que ellos tienen. Esto impacta y transforma las tradiciones, sus cotidianidades, la forma en que se relacionan con el entorno social. Estamos hablando de aspectos de ausencia de servicios básicos, sanidad pública, acceso a la justica, circunstancias donde un estado ha renunciado a sus responsabilidades constitucionales”, explicó.
Finalmente, D’Hers Del Pozo destacó que reconocer a los venezolanos que se quedaron en el país como “migrantes inmóviles” es el punto de partida que nos hacen entender que Venezuela es un país que tiene dinámicas territoriales diferentes.
“Hay que aprender a entender que nuestras familias y comunidades son transnacionales. La migración inmóvil no debe ser entendida como una condena, pero si son circunstancias de de cómo resolver tener agua o cómo costear la salud”, puntualizó.
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