Abimael Guzmán, fundador y líder del movimiento guerrillero Sendero Luminoso, que sembró el terror en gran parte de Perú durante las décadas de 1980 y 1990, murió el sábado 11 de septiembre. Tenía 86 años.
Guzmán murió en una prisión de máxima seguridad ubicada en la base naval de Callao en Perú, donde cumplía cadena perpetua, según funcionarios de la prisión murió por complicaciones de salud, pero no especificaron una causa exacta.
Jonathan Castro, reportero de política de El Comercio, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Abimael Guzmán es una persona que ha generado mucho dolor en nuestro país. Es directamente el responsable de la muerte de aproximadamente 31.000 peruanos durante las décadas de los 80 y 90. No era un líder guerrillero, sino era cabecilla de una organización terrorista, basada en el mahoismo. La reacción alrededor de su muerte ha sido de recordar todo lo que el pueblo peruano sufrió durante esos años. Para dar un poco de contexto, el 75% de las víctimas de Sendero Luminoso eran indígenas, el 50% eran campesinos, y personas pobres”, dijo Castro.
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Esas cifras no dejan de sorprender, ya que los movimientos armados de izquierda suelen tomar como bandera la supuesta reivindicación de los pobres.
“Él quería hacer una práctica revolucionaria contra el viejo estado. Ya había intentado copiar los manuales de Mao, pero el Perú era diferente. Ya se había hecho una reforma agraria y la composición social era diferente a la China de los años 30. Lo que hace es instaurar un régimen de terror entre los campesinos y los más pobres, para que pagaran el precio de la revolución que quería llevar adelante”, agregó.
Con la muerte de Guzmán, muchos han dicho que su persona ha fallecido, pero su ideología no. De hecho, en el naciente gobierno de Pedro Castillo, hay varios ministros que han sido vinculados con Sendero Luminoso y con el terrorismo.
“Estamos hablando de un ministro que tiene vínculos documentados como un miembro de Senderos Luminosos. No se ha comprobado su participación en atentados, pero sí de su participación en esa organización criminal. Del primer ministro, Guido Bellido, no se ha comprobado una vinculación directa con Sendero Luminoso, pero ha mostrado simpatía por el grupo, que no es poca cosa”, explicó periodista.
Castro comentó que de parte del gobierno ha habido una oportunidad desperdiciada para marcar distancias con la organización Sendero Luminoso.
“El presidente no ha emitido ningún mensaje claro, que es lo que los familiares de las victimas esperan. Ha publicado un comunicado por Twitter, pero eso no es suficiente. Se necesita un liderazgo claro que marque distancia y cree políticas que reparen y reconozcan a las víctimas. Del la de la oposición se han convocado manifestaciones”, puntualizó el reportero.