Yuval Noah Harari, historiador, filósofo y autor de “Sapiens” (2014), “Homo Deus” (2016) y la serie “Sapiens: A Graphic History” (2020-21), profesor en el departamento de historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén y cofundador de Sapienship, una empresa de impacto social, sostiene en The Economist que lo que está en juego en Ucrania es el rumbo de la historia humana. Harari argumenta que el mayor logro político de la humanidad ha sido el declive de la guerra y eso está ahora en peligro.
“En el corazón de la crisis de Ucrania se encuentra una pregunta fundamental sobre la naturaleza de la historia y la naturaleza de la humanidad: ¿es posible el cambio? ¿Pueden los humanos cambiar la forma en que se comportan, o la historia se repite sin cesar, con humanos condenados para siempre a recrear tragedias pasadas sin cambiar nada excepto la decoración?
Afirma el autor israelí que “ Una escuela de pensamiento niega firmemente la posibilidad de cambio. Argumenta que el mundo es una jungla, que los fuertes se aprovechan de los débiles y que lo único que impide que un país devore a otro es la fuerza militar…Otra escuela de pensamiento argumenta que la llamada ley de la selva no es una ley natural en absoluto. Los humanos lo hicieron, y los humanos pueden cambiarlo… A diferencia de la gravedad, la guerra no es una fuerza fundamental de la naturaleza. Su intensidad y existencia dependen de factores tecnológicos, económicos y culturales subyacentes. A medida que estos factores cambian, también lo hace la guerra”
Harari toma ejemplos de cambios, en las últimas décadas, la economía mundial y la pérdida de interés en la conquista, así como en la baja inversión en armas de la mayoría de los países, (los gobiernos de todo el mundo se han sentido lo suficientemente seguros como para gastar un promedio de sólo alrededor del 6,5% de sus presupuestos en sus fuerzas armadas, mientras que gastan mucho más en educación, atención médica y bienestar). Desafortunadamente, esta guerra ha cambiado esa tendencia.
Se trata sin duda de un cambio cultural. Señala Harari: “Finalmente, se ha producido un cambio tectónico en la cultura global. Muchas élites en la historia (caudillos hunos, jarls vikingos y patricios romanos, por ejemplo) veían la guerra de manera positiva…buscaron inmortalizarse a sí mismos mediante la conquista… Otras élites, como la iglesia cristiana, veían la guerra como algo malo pero inevitable.
Sin embargo, en las últimas generaciones, por primera vez en la historia, el mundo quedó dominado por élites que ven la guerra como algo malo y evitable. ”.
Continúa el escritor israelí: “Como resultado de todos estos cambios, la mayoría de los gobiernos dejaron de ver las guerras de agresión como una herramienta aceptable para promover sus intereses, y la mayoría de las naciones dejaron de fantasear con conquistar y anexionarse a sus vecinos…”
El declive de la guerra ha sido un fenómeno tanto psicológico como estadístico. Su característica más importante ha sido un cambio importante en el significado mismo del término “paz”. “Durante la mayor parte de la historia, la paz significó sólo “la ausencia temporal de la guerra. En las últimas décadas, “paz” ha pasado a significar “la inverosimilitud de la guerra”.
El declive de la guerra no fue el resultado de un milagro divino o de un cambio en las leyes de la naturaleza. Fue el resultado de que los humanos tomaron mejores decisiones.Podría decirse que es el mayor logro político y moral de la civilización moderna.
Continúa Harari: …Desafortunadamente, el hecho de que surja de la elección humana también significa que es reversible… Para disfrutar de la paz, necesitamos que casi todos tomen buenas decisiones. Por el contrario, una mala elección de un solo bando puede conducir a la guerra…Es por eso que la amenaza rusa de invadir Ucrania debería preocupar a todas las personas en la Tierra. Si vuelve a ser una norma para los países poderosos devorar a sus vecinos más débiles, afectaría la forma en que las personas en todo el mundo se sienten y se comportan.
Pero, se pregunta Harari ¿ tal vez el cambio es posible? ¿Quizás la ley de la jungla es una elección más que una inevitabilidad?
Advierte el pensador que como historiador cree en la posibilidad de cambio. Toma el ejemplo de los ucranianos que a pesar de soportar dos siglos de autocracia zarista, después el dominio ruso, vivir la terrible hambruna provocada por el hombre del Holodomor, el terror estalinista, la ocupación nazi y décadas de una dictadura comunista aplastante, eligeron la democracia.
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