Tener miedo de ser mujer. Cinco palabras que resumen el terror de muchas en el escenario de guerra que han ido dibujando brutalmente los rusos en Ucrania.
A principios de abril el mundo se impactó con la imagen tomada por el fotógrafo Mikhail Palinchak en una carretera a 20 kilómetros de Kiev, la capital ucraniana. Bajo una manta, Mikhail, encontró apilados los cadáveres de un hombre y varias mujeres. Las mujeres estaban desnudas y sus cuerpos habían sido quemados en diferentes partes.
La ONG Human Rights Watch ha estado haciendo un seguimiento de los casos de violación en Ucrania y recogió algunos testimonios, uno de ellos, el de una mujer que dijo haber sido “violada de manera repetida por un soldado ruso en un colegio en la región de Járkov donde ella y su familia se estaban refugiando el 13 de marzo”.
En Vinnytsia, una ciudad del oeste de Ucrania, una profesora denunció a la policía que un miembro de los servicios de defensa territorial la había arrastrado hasta la biblioteca del colegio para tratar de violarla allí.
Liudmila Denisova, Defensora de los Derechos Humanos en Ucrania refiriéndose a los casos de violaciones en Bucha e Irpin dijo: «El nivel de brutalidad del ejército terrorista y de los verdugos de la Federación de Rusia no tiene límites: los niños fueron violados. Los soldados rusos les dijeron a las mujeres que las violarían de tal manera que no querrían tener relaciones sexuales con ningún hombre, para evitar que tengan hijos ucranianos».
Según Denisova, una niña de 14 años fue violada en grupo por cinco hombres, y ahora está embarazada. Un niño de 11 años fue violado delante de su madre, que fue atada a una silla para que ella pudiera ver el abuso. Una mujer de Irpin de 20 años fue agredida sexualmente por tres soldados.
Desgarrados en su interior, marcados para siempre por los retorcidos deseos de combatientes sin alma.
La semana pasada, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó a las fuerzas invasoras de perpetrar «cientos de violaciones» a mujeres y también niñas: «Se han registrado cientos de casos de violación, incluidos los de niñas menores de edad y niños muy pequeños. ¡Incluso un bebé!».
Unicef y ONU Mujeres han pedido una investigación independiente sobre las agresiones sexuales, consideradas parte de los crímenes de guerra.La forma más oscura de la guerra.
Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres advierte «Cada vez tenemos más noticias de violaciones y violencia sexual. Estas acusaciones deben ser investigadas de forma independiente para garantizar la justicia y la rendición de cuentas. La combinación del desplazamiento masivo con la gran presencia de reclutas y mercenarios, y la brutalidad mostrada contra los civiles ucranianos, ha levantado todas las banderas rojas»
El domingo, mujeres en Estonia y Lituania protestaron frente a las embajadas rusas, vestidas con un camisón y apenas con ropa íntima exigiendo el cese de la violaciones y la asignación de responsabilidades.
Mientras tanto, en Rusia, Vladimir Putin homenajeaba a los miembros de la 64 Brigada motorizada rusa que operó en Bucha, les condecoró con el título honorífico de “guardia” y los felicitó por la tarea realizada.
Reforzar la idea de que el territorio de un país también incluye el cuerpo de sus mujeres es otra forma de violación, un crimen que no debe quedar impune. Urgen acciones que detengan la barbarie.
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