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El presidente Vladimir V. Putin mantuvo al mundo ansioso adivinando si planeaba invadir Ucrania, lo hizo de otra forma anunciando que reconoce la independencia de dos regiones separatistas de Ucraniaâ€, durante un encendido discurso, donde señaló que es una «locura» que a las antiguas repúblicas soviéticas se les permitiera salir de la URSS.Â
Según el decreto de Putin, Rusia reconoce los territorios reclamados por los grupos separatistas, especÃficamente los de Donetsk y los de Lugansk, como la República del Pueblo de Donetsk y La República del Pueblo de Lugansk. Y lo hace, a su entender, como una medida frente a “la agresión militar de las autoridades ucranianasâ€, como resultado de lo cual “la población civil está sufriendoâ€.Esa ha sido su excusa y es su primer paso.
Este lunes, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba señaló via twitter que Ucrania «no ha atacado Donetsk y Lugansk, no ha enviado saboteadores a la zona, no ha disparado proyectiles contra el territorio ruso o en la frontera y no ha llevado a cabo actos de sabotaje» y  pidió a Rusia que «detenga su fábrica productora de falsedades»Â
«El reconocimiento de los dos territorios separatistas en Ucrania es una flagrante violación del derecho internacional, de la integridad territorial de Ucrania y de los acuerdos de Minsk«, han escrito en sendos tuits los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión Europea, Charles Michel y Ursula von der Leyen. La UE y sus socios reaccionarán «con unidad, firmeza y determinación solidaria» con Ucrania, han subrayado ambos dirigentes comunitarios.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido a Rusia de que el reconocimiento de la independencia de las provincias secesionistas rusas de Donetsk y Lugansk supone un incumplimiento de la Carta de Naciones Unidas y ha pedido un alto el fuego inmediato.
La primera ministra de Lituania, Ingrida Simonyte escribió en un tuit: “Putin acaba de avergonzar a Kafka y Orwell: sin lÃmites para la imaginación del dictador, sin mÃnimos demasiado bajos, sin mentiras demasiado descaradas, sin lÃneas rojas demasiado rojas para cruzar. Lo que presenciamos esta noche puede parecer surrealista para el mundo democrático. Pero la forma en que respondamos nos definirá para las generaciones veniderasâ€
Señala Ulrich Speck, analista de polÃtica exterior, fellow visitante de German Marshall Fund, miembro del Carnegie Europa y de Radio Free Europa, que “el objetivo de Putin no es solo descarrilar la candidatura de la OTAN de Ucrania o resolver el conflicto en Donbás de una manera compatible con la soberanÃa territorial de Ucrania.El objetivo de Putin es volver a poner a Ucrania bajo el control de Moscú. Putin quiere decidir quién dirige Ucrania. Esto es incompatible con la soberanÃa y la independencia de Ucraniaâ€.Â
Explica el doctor Speck que “Putin detuvo su primer intento de alcanzar ese objetivo en 2015 porque el precio se volvió demasiado alto: las fuerzas de poder en Donbas eran demasiado débiles para enviar tropas rusas regulares; Ucrania fue más fuerte de lo esperado; y Occidente acordó sanciones masivas. Putin aceptó entonces el trato ofrecido por Merkel (Minsk II) porque pensó que proporcionaba a Rusia un camino hacia la dominación de Ucrania al dar a los representantes en Donbás una voz decisiva sobre el gobierno, en otras palabras, permitir que Moscú manipulara al gobierno a voluntad; pensaba que Ucrania no tendrÃa la capacidad y la voluntad de resistir la presión rusa a lo largo de los años; y que Occidente perderÃa interés rápidamente y dejarÃa a Ucrania frente a Rusia sola (como Georgia en el 2008)â€.
Sin embargo, afirma Speck “esas suposiciones resultaron ser incorrectas. En lugar de caer en el regazo de Rusia, Ucrania se estabilizó y se volvió más fuerte e independiente, también con el apoyo de Occidente. El plan A fracasó, por lo que Putin pasó al plan B y volvió a utilizar su enorme ventaja militarâ€. El historiador Ulrich concluye que “Tanto para Occidente como para Putin, se trata de Ucrania, pero de Ucrania como pieza central del orden postsoviético. Putin quiere revisar ese orden y convertir la configuración de estados independientes en algo asà como un imperio, con Ucrania y Bielorrusia como pilares principales…El Occidente entiende que el resultado de 1989/91, un orden de estados soberanos, está en riesgo y que una Rusia que tenga a Ucrania bajo su control no se detendrÃa ahÃ; se sentirÃa envalentonada y socavarÃa aún más la estabilidad de Europa Central y Orientalâ€.
Por ahora lo que parecerÃa el último paso de esta escalada de tensiones en realidad podrÃa ser el primero de otro nivel de acciones que le permitan a Rusia regresar a lo que fué la URSS, la Unión de Repúblicas socialistas soviéticas, cuya disolución, Putin considera “la catástrofe geopolÃtica más grande del siglo XXâ€