LA AMENAZA NUCLEAR RUSA

FA/CMR

Hoy lunes comenzó la reunión de la ONU sobre el  tratado Tratado de No Proliferación Nucleares (TPAN).  Se realiza  mientras la guerra de Rusia en Ucrania reaviva los temores de una confrontación nuclear y aumenta la urgencia de reforzar el tratado de 50 años.

Desde que lanzó su invasión a  Ucrania, Rusia ha llevado a cabo una intensa campaña de amenazas nucleares con el propósito de disuadir a Occidente de interferir directamente en sus intentos de conquistar Ucrania y también limitar el apoyo político, económico y militar al país.

Este sábado 30, el presidente ruso, Vladimir Putin, al participar de un desfile naval en San Petersburgo, dijo que la flota rusa se equipará con un nuevo misil de crucero hipersónico Zircon «en los próximos meses». Ese mismo día Putin firmó un decreto en que establece que el principal desafío de la doctrina naval rusa son las pretensiones de dominio de Estados Unidos en el océano mundial.

Dice el texto que el desafío lo comporta «el rumbo estratégico de Estados Unidos al dominio en el océano mundial y su influencia global sobre la evolución de procesos internacionales, particularmente, aquellos que están relacionados con el uso de las vías de transporte y los recursos energéticos del océano»

La doctrina también señala a Washington y sus aliados «por limitar el acceso de la Federación de Rusia a los recursos del océano mundial y las vías de transporte de importancia vital».

Entre otras amenazas, la doctrina naval menciona las reclamaciones territoriales sobre territorios costeros e insulares por parte de otros Estados; la expansión de la Alianza Atlántica (OTAN)  hacia las fronteras rusas y el creciente número de ejercicios navales que lleva a cabo en aguas próximas a Rusia; así como el deseo de Estados Unidos de asegurarse la superioridad abrumadora de sus fuerzas naavales, junto con el incremento de las capacidades de combate navales de otras naciones.

No es de desechar el hecho de que Rusia tiene cerca de 40 mil kilómetros de costa y que la nueva doctrina naval  señala como «zonas importantes», en las que la flota rusa debe garantizar los intereses nacionales desde el punto de vista económico y de la seguridad nacional y estratégica, a los mares Negro y Azov; el Mediterráneo oriental; el Báltico y la zona de las islas Kuriles (cuya soberanía reclama Japón), y los ejes de comunicaciones marítimas hacia los continentes de Asia y África.

El Tratado de No Proliferación Nuclear de 1970,  que prohíbe el uso, el desarrollo, el ensayo, la producción, la fabricación, la adquisición, la posesión y el almacenamiento de armas nucleares, cuenta con la mayor adhesión de todos los acuerdos de control de armas, con unos 191 países apoyándolo. Las naciones sin armas nucleares se comprometieron a no adquirirlas, mientras que Gran Bretaña, China, Francia, Rusia (entonces la Unión Soviética) y Estados Unidos, con armas nucleares, acordaron negociar para eliminar sus arsenales algún día. Todos respaldaron el derecho de todos a desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.

India y Pakistán, que no firmaron, desarrollaron armas nucleares. También lo hizo Corea del Norte, que ratificó el pacto, pero luego anunció que se retiraba. Se cree que Israel, que no lo firmó, tiene un arsenal nuclear, pero no lo ha confirmado ni negado.

Así que el día de hoy y los que siguen serán claves para vislumbrar lo que viene.La Agencia AP cita a Beatrice Fihn, directora ejecutiva de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, ganadora del Premio Nobel de la Paz.“Es un momento muy, muy difícil” y agregó que  la invasión de Rusia, acompañada de ominosas referencias a su arsenal nuclear, “es muy significativa para el tratado y realmente va a poner mucha presión en esto.La forma en que los gobiernos reaccionen a la situación va a marcar la futura política nuclear”.

El uso de armas nucleares es una acción dilemática, por un lado el fracaso completo de la humanidad y por el otro, su sobrevivencia. Todos seguimos apostando por lo segundo.